Buscar en este blog

sábado, 3 de diciembre de 2016

Bulgari y Roma

En pocas palabras: Una inigualabe ocasión de apreciar en vivo las brillantes joyas de Bulgari y conocer detalles sobre las obras arquitectónicas que las han inspirado. Una exposición a no perderse.
Organizadores: Museo Thyssen con la colaboración de Bulgari Roma
Descripción:  La exposición consiste en un recorrido único y excepcional por la obra de Bulgari. Comenzamos con una presentación en la que se nos recuerdan las características básicas de la estética de su joyería: estilo italiano alegre y llamativo, utilización del platino y diamantes y preferencia por el oro amarillo. A continuación, se nos explica también con paneles explicativos (que en esta ocasión son además visuales, y con fotografías que van cambiando lo cual resulta moderno) que la marca fue fundada por Sotirio, nacido en Epiro en 1857 y se incluyen fotografías de sus primeras tiendas en la Via Condotti de Roma tanto en su apertura como hoy en día. Especialmente interesante es el panel en el que se nos explica la creación del logotipo de la marca, isnpirado en las letras de las columnas romanas y la creación del famoso reloj Bulgari con la inscripción Bulgari Roma grabada en el bisel. A partir de ahí, se suceden maravillosas fotografías de artistas famosas como Nicole Kidman o Elizabeth Taylor luciendo joyas de Bulgari; bocetos de Bulgari para algunas de sus más sublimes piezas; cuadros e imágenes que reproducen lugares de Roma, basas de columnas, capiteles, el Coliseo, y un sinfín de obras arquitectónicas y plantas que han inspirado las diversas colecciones de Bulgari. Junto a estas representaciones, vitrinas donde lucen con brillo las impresionantes piezas de alta joyería de la marca que no pueden dejar indiferentes por su esplendor, por la finura de sus cabujones y sus engarces, por el diseño, por la elección de piedras preciosas. Por ejemplo, vemos retomado el motivo emblemático de la serpiente, y el mito de Hércules, en unos relojes o los volúmenes redondeados del Coliseo en unos anillos de oro, los casetones del Panteón romano en unos espectaculares collares. Todos los accesorios merecen que uno se detenga ante ellos durante varios minutos. La selección incluye joyería pero también otros accesorios neohelénicos. Los adoquines de la Via Appia se convierten en collares de colorido vivo y exuberante. La visión de esta exposición es una ocasión irrepetible y única. No dejéis de ir a verla. A mitad de recorrido, han incluido una instalación preciosa que te sumerge en una vista preciosa de Roma del atardecer al amanecer con unos bancos en los que poder sentarse.
Lo mejor: ¿Cuál elegir?
 Comentario:Aún me brillan los ojos. La exposición me ha parecido muy interesante. No solo ofrece al visitante la oportunidad de poder contemplar las joyas de Bulgari sino que introduce al espectador en lo que hay detrás de la joyería: la inspiración en el mundo de la arquitectura romana. En este sentido, la muestra incluye bocetos, cuadros, plantas de edificios, y esto da perfecta cuenta de cómo se llega a la joya que luego podemos contemplar en las vitrinas. Más allá de que el comentario más repetido entre las personas que estaban visitando la exposición fuera "no me gusta" o "eso no es ponible", es muy importante saber distinguir de lo a uno le gusta o no le gusta de lo que es artísticamente un trabajo impecable, refinado, e interesante en definitiva como obra de arte digna de ser expuesta en un Museo y todo cuanto se expone en esta exposición sin duda alguna lo es. Personalmente, desconocía por completo el trabajo de Bulgari y lo que había detrás de sus obras de joyería o relojería. He aprendido muchísimas cosas que harán que jamás vuelva a pasar por delante de sus escaparates sin detenerme frente a ellos y pensar ¿en qué obra se habrán inspirado? Si, como yo, hay otras personas, a estas especialmente les encantará esta exposición en la que, además, permiten hacer fotografías.

Puntuación: Matrícula de Honor
Datos prácticos: "Bulgari y Roma". Museo Thyssen. Del 30 de noviembre 2016 al 26 de febrero de 2017. Entrada 12 Euros. Horario M-D 10h a 19h. Sábados hasta las 21h.

Renoir: Intimidad

En pocas palabras: La propuesta del Museo Thyssen para este otoño-invierno es la exposición titulada "Renoir: Intimidad", que se ha organizado con ocasión del aniversario de los 25 años del Museo.
Organizadores:  Museo Thyssen-Bornemisza con el mecenazgo de Japan Tobacco International.Comisariada por Guillermo Solana, director artístico del Museo.
Descripción: El recorrido presenta seis espacios. En la introducción, comenzamos con el único panel explicativo que está expuesto y que nos explica que si bien Renoir se asocia a espacios públicos y abiertos, también tiene cuadros intimistas. Las dos primeras salas se titulan "Impresionismo: lo público y lo privado". En ellas nos encontramos con mucha gente agolpada y, a través de sus cabezas y cuerpos podemos distinguir, si tenemos un poco de suerte, unos estupendos lienzos del artista. En primer lugar, retratos: retrado de Jean Samary, retrato de Madame X, retratos de la Mujer de Monet (procedentes de Lisboa y París) y de Monet leyendo. En estas dos salas se encuentran también el elegantísimo "Después del almuerzo" y la "Mujer al piano" procedente de Chicago. Solo en estas dos primeras salas, llama la atención el origen tan dispar de las numerosas obras expuestas que proceden de sitios tan remotos como Chicago, Los Angeles, Portland, Saint Louis o Moscú y también de Lisboa, Dublin, Frankfurt y numerosas colecciones particulares. En la segunda sala de este espacio no os perdáis el estudio para el Moulin de la Gallete procedente de Copenhague y datado en 1875-76. El segundo espacio se titula "Retratos de engargo" y en él encontramos retratos de la familia Durand-Ruel, todos procedentes de colecciones particulares de la familia por lo que suponen la ocasión única de apreciarlos en vivo. En la continuación de la sala, se abre el espacio titulado "Placeres cotidianos" donde se contemplan cuadros intimistas sobre la mujer como "Mujer tocando la guitarra" o "Jóvenes leyendo" o "Jóvenes leyendo un álbum". Destaca el craquelado del cabello de la "Niña con fusta" procedente de San Petersburgo y "La maceta verde", un cuadro maravilloso procedente de Toledo. En el siguiente espacio titulado "Paisajes del norte y del sur" nos encontramos con los paisajes pintados por Renoir como el "Paisaje de la Roche Guyon" de 1887 procedente de México y "El estanque". También han incluido "Figuras en la playa" que procede del Metropolitan de Nueva York. La siguiente sala se titula "La familia y su entorno" e incluye diversos lienzos de Alice Renoir, de Edmond Renoir junior, etc. Terminamos el recorrido con la sala "Bañistas" donde se exponen lienzos de desnudos repletos de sensualidad como "Desnudo de espaldas" procedente de Tel Aviv y "Mujer atándose el zapato" o "Bañista arreglándose el pelo".
Lo mejor: "Mujer al piano" datado en 1875-76 procedente de Chicago. 
Comentario: En primer lugar, destacar la ausencia de información. No hay ningún panel explicativo durante el recorrido y la información contenida en el primer panel es prosaica y no aporta nada salvo que desconozcas lo que significa la palabra "intimidad". En segundo lugar, me parece importante resaltar que el Museo ya no sabe dónde poner los folletos de sus exposiciones para que la gente no los coja: ahora están en un muro, bien apartado de la cola y tienes que dar unos seis pasos para cogerlos al vuelo antes de entrar a pesar de que haya muchísima gente detrás de ti empujando con su entrada en la mano. Estos dos hechos hacen que la organización de la exposición se desluzca. Bien, todos podemos apreciar cuadros de Renoir sin necesidad de conocer detalles técnicos pero lo interesante de una exposición es precisamente aprender esos detalles. El hecho de que cada vez lo pongan más difícil para ahorrarse el dinero, a pesar de que hayan subido el precio de la entrada, desluce el resultado final. Dicho esto, que va en la línea de comentarios anteriores sobre exposiciones organizadas por el Thyssen, al menos en esta la exposición sí va de Renoir (cosa que no sucedió con otras exposiciones supuestamente monográficas que se quedaron en nada). En esta exposición se presentan exclusivamente obras del pintor (75, para ser exactos). Esto obviamente va en consonancia con el título de la exposición, contra todo pronóstico. En relación con la selección, mencionar que se trata de los lienzos más intimistas de Renoir, con esa luz que los caracteriza, su pincelada pastosa y traslúcida, tan personal y distinguible, sus colores violáceos y su sensualidad características que aportan una sensación de suavidad al recorrido que acompaña hasta el final. De hecho, el último tramo del recorrido consiste en un espacio titulado "Un hermoso jardín abandonado". Se trata de una habitación pequeña y oscura en la que podemos escuchar ruidos de jardín, y oler en unos tubos olores de flores y jardines así como pasar la yema de los dedos por la superficie de un cuadro de Renoir en relieve. Todo ello tiene como objetivo despertar nuestros sentidos y acercarnos a la obra de arte de otro modo así como acercar el arte visual a personas con sensorialidad reducida, una apuesta que debería ir a más.
Puntuación: Notable.
Datos prácticos: "Renoir: Intimidad". Museo Thyssen. Del 18 de octubre 2016 al 22 de enero 2017. Entrada 12 euros (más la audioguía que cuesta y sin la cual no te enterarás de nada ya que no hay ni un solo panel explicativo). Horario: L-D 10h-19h y Sábados hasta las 21h.

sábado, 12 de noviembre de 2016

Hitchcock, más allá del suspense

Instalación "iconos"

Réplicas de vestuario
 En pocas palabras: Una sabrosa exposición para fans de las películas de Hitchcock y algunos curiosos con abundantes instalaciones que nos sumergen de inmediato en el ambiente de suspense de sus películas.
Organizadores: Fundación Telefónica. Comisario: Pablo Llorca.
Descripción:  El recorrido está dividido en 11 espacios (numerados para no perderse) que recogen diversos elementos de la filmografía del director. Se trata de elementos de fácil reconocimiento para la mayoría del público como el dedicado a los "iconos" que recoge algunas de las imágenes en gros plan más populares de sus películas como el famoso ojo con pestaña, la navaja, la soga, y otros elementos recurrentes en sus films y que se han convertido en imágenes iconográficas del director. Otro espacio es el dedicado a las mujeres, pero se queda en una sucesión de las diversas actrices convertidas gracias a él en iconos del cine. El recorrido no obstante pretende seguir un orden cronológico según el orden de sus películas. A cada una le corresponde una instalación, a veces varias. Estas instalaciones son la base del recorrido. Algunas incluyen diversos momentos de las películas como la mítica escena de introducción a Manderley en "Rebeca", por ejemplo.
Lo mejor: La instalación dedicada a la célebre escena de la ducha de "Psicosis" incluye una proyección de dicha escena sin música (como estaba inicialmente pensada) y con la música de Bernard Herrmann. Esta proyección da una idea de lo importante que es la música en las escenas de suspense (y no solo en las películas de Hitchock sino en el cine en general); además, sumerge al espectador directamente en la frialdad de la escena ya que las paredes de la instalación están recubiertas -con acierto- de falsos azulejos blancos y, tras nuestras espaldas, hay una especie de cortina de ducha. Todo escalofriante y a la vez instructivo pues el objetivo de esta instalación es entender la importancia que tuvo la sucesión de sonidos agudos de violines en la representación de una de las escenas más míticas de la filmografía de Hitchock, cosa que se consigue con sobresaliente ingenio.
Cartel de Psicosis (Biblioteca Nacional de España)

Comentario:Sin perjuicio de que la exposición se queda en cosas algo superficiales sin adentrarse mucho en temas que se podrían tratar sobre el director (como su misoginia, u otros aspectos más polémicos de su vida, su personalidad o sus obras), la exposición logra no obstante gracias a sus interesantes instalaciones brindarnos la oportunidad de hacer un agradable paseo por sus películas. La posibilidad de apreciar los storyboards merece sin duda el desplazamiento. Una pena que el vestuario de Grace Kelly expuesto se quede en una réplica del vestido original, pero aún así hay otras piezas interesantes. Por ejemplo diversos carteles originales de películas que proceden de los archivos de nuestra Biblioteca Nacional y que están expuestos. También hay algunas revistas en las que participó Hitchcock dirigiendo una especie de fotonovela y fotografías originales de Hitchcock con Truffaut y Dalí, entre otras personalidades de su tiempo. Es decir, obviando las instalaciones también hay material de fondo, pero lo que predominan son las instalaciones. Algunas de ellas incluyen sabrosos documentales, como un documental corto en el que se nos explica cómo se rodaron con planos superpuestos las escenas de los pájaros en la película del mismo nombre u otro documental (algo más largo) que consiste en una entrevista realizada al director donde se le permite que explique diversos aspectos de cómo rodó ciertas escenas en sus diversas películas. En definitiva, hay instalaciones, sí, pero también hay buen material de fondo lo que hace que la exposición quede algo más completa. aunque se hubiera podido ir mucho más lejos teniendo en cuenta la complejidad de su personalidad, y también la de sus películas.
Puntuación: Notable.
Datos prácticos: Hithcock, más allá del suspense. Fundación Telefónica. Del 5 de octubre 2016 al 5 de febrero 2017. Entrada gratuita.

domingo, 30 de octubre de 2016

El arte de Clara Peeters: una historia en imágenes

En pocas palabras: Esta exposición es una muestra muy sabrosa que pone de relieve la figura de una artista poco conocida llamada Clara Peeters: la primera mujer pintora a la que el Museo del Prado dedica una exposición monográfica ¡en 200 años! A los habituales del Museo del Prado nos sonaba su nombre, porque algunos de sus cuadros estaban expuestos en la colección permanente (desafortunadamente, a tanta altura que era imposible apreciarlos bien) pero desconocíamos a la pintora y esta exposición es todo un acierto al darle mayor visibilidad además de ofrecer al visitante la posibilidad de apreciar sus obras junto con otras de procedencia diversa. 
Organizadores: Museo del Prado en coordinación con el Museo de Bellas Artes de Amberes. Comisario Alejandro Vergara.
Descripción: La exposición incluye 15 de los 40 cuadros conocidos y/o atribuidos a la pintora Clara Peeters, originaria de Amberes. Aunque de ella se conocen pocos datos, se sabe que nació alrededor de 1588-90 y parece que desarrolló su actividad pictórica entre 1607 y 1621. La muestra está compuesta por un recorrido sencillo integrado en una única sala en la que se exponen los 15 bodegones que se han podido reunir de la artista y que estaban diseminados en distintos países y colecciones, oficiales y particulares. Comenzamos con espléndidos bodegones como el Bodegón con quesos, almendras y panecillos donde podemos empezar a familiarizarnos con algunos elementos recurrentes de su iconografía como, por ejemplo: el cuchillo de plata en primer plano en cuyo mango la pintora ha escrito su nombre; el plato en azul ultramar de porcelana china de kraak con las lascas de mantequilla; y, como no, su mayor seña de identidad, un autorretrato en miniatura en el reflejo de la tapa de la jarra. Esto es quizás lo más fascinante de la pintura de Clara Peeters: al representarse a sí misma como artista en sus bodegones, está afirmando su posición de mujer y pintora en una sociedad en la que la pintura estaba casi siempre dominada por los hombres. Le siguen otros cuadros igual de fascinantes como Bodegón con dulces, granada, copa dorada y porcelana, procedente de una colección particular, del que destaca la exquisita copa dorada cuyo motivo se repite en varios de sus cuadros y que se atribuye al hecho de que probablemente le pertenecía a la artista y que ella reutilizaba el motivo, siempre en diversas posiciones, en sus cuadros. También destaca en este cuadro el dulce en forma de P, P de Peeters, obviamente, que funciona como otra reivindicación de su condición de autora del cuadro. En otro de estos bodegones, Bodegón con flores, copas doradas, monedas y conchas, aparecen hasta seis autorretratos en los reflejos de la copa dorada. La exposición incluye, a modo ilustrativo, un cuadro titulado "Alegoría del gusto" pintado por Rubens y Brueghel el Viejo. Y si se quiere aprovechar un poco más el precio de la entrada -que es obligatoriamente conjunta para la exposición y para la colección permanente-, se puede volver a visitar las salas en las que están expuestos otros bodegones ya que muchos de ellos son coetáneos de los de Clara Peeters (en la primera planta, hay una salita dedicada a bodegones pero en general se pueden apreciar por toda la colección permanente del Museo).
Lo mejor: El bodegón Mesa con mantel, salero, taza dorada, pastel, jarra, plato de porcelana con aceitunas y aves asadas en el que diseño de la empanada contrasta con la retícula del cuadro aportando belleza y elegancia a la composición. Pertenece a la colección del Prado pero ahora se puede apreciar mejor al estar situado a la altura de la vista.
Comentario: Resulta todo un acierto que el Museo del Prado haya decidido, por fin y en colaboración con el Museo de Bellas Artes de Amberes, darle visibilidad a esta mujer artista que sin duda merece todos los elogios. Entre sus logros - además del que hemos mencionado sobre su capacidad de reivindicar su condición de mujer artista en autorretratos en miniatura incluidos dentro de su obra- se encuentra el haber sido la autora del primer bodegón conocido que incluye la figura de un pescado, alimento muy popular en el siglo XVII (Bodegón con pescados, vela, alcachofas, cangrejos y gambas). Además, aunque se sepa poco de ella, resulta notable que el Museo se haya esforzado en hacer una investigación sobre su figura, un estudio sobre ella y sobre lo que se sabe y lo que no quedando como conclusión de este trabajo no sólo la exposición sino también su catálogo y las diferentes conferencias que le van a dedicar con ocasión de la exposición. Un pequeño gran trabajo que la artista se merecía para no ser olvidada y no pasar desapercibida en las próximas visitas que se hagan a la colección permanente del Prado.

Finalmente no quiero dejar de mencionar que Clara Peeters no es la única mujer artista cuyas obras posee el Museo del Prado. En este sentido, sería deseable que el Prado viera esta exposición dedicada a una mujer artista como un primer paso y que se decidiera a desenpolvar y restaurar los otros cuadros de mujeres artistas que guarda en sus sótanos y que no han sido expuestos al público en siglos. Desde hace varios años, se está haciendo un esfuerzo por darle visibilidad a las mujeres artistas con exposiciones diversas en museos y fundaciones;  y el Prado como primera pinacoteca de España no debería quedarse atrás. Celebremos pues que en este caso se haya decidido a dar el primer paso, y deseemos que se trata del primero de muchos más.
Puntuación: Sobresaliente.
Datos prácticos: El arte de Clara Peeters, Museo del Prado, del 25/10/2016 al 19/02/2017. Horario L-S 10h-20h, D-F 10h-19h. Lamentablemente, la entrada es algo cara porque tiene que ser conjunta para la colección permanente y la temporal, 15 euros.

domingo, 23 de octubre de 2016

Los Fauves: la pasión por el color

En pocas palabras: La como siempre excelente Fundación Mapfre nos regala la vista con esta espléndida exposición sobre el fauvismo. ¿Qué mejor plan para estos días de lluvia que adentrarnos en un mundo de color, de expresión de emociones, de placer visual en todos los sentidos?
Organizadores: Fundación Mapfre, comisariada por Maria Teresa Ocaña. 
Descripción: Comenzamos el recorrido, como siempre, con una joyita titulada "Les oeufs rouges" de Henri Manguin (1903) cuyo rojo espectacular se me ha quedado grabado en la retina. La exposición está ordenada cronológicamente, un acierto para un movimiento tan singular como el fauvismo. La sala primera se titula "El fauvismo antes del fauvismo" y nos muestra obras de Matisse, Jean Puy, y Manguin cuando estaban en el taller de Moreau. Continuamos con la sala "Los fauves se retratan" que incluye interesantísimos retratos cruzados: de Derain por Matisse y de Matisse por Derain, por ejemplo. La siguiente sala se titula "Acróbatas de la luz" e incluye diversas obrras como las acuarelas de Matisse realizadas en Colliure (c. 1905) y las de Dufy como "Les Martigues" (1903). También se exponen cuadros que llevan la huella del divisionismo de Signac como "Figure à l'ombrelle" de Matisse (1905). La última parte de la primera sala es de una sensibilidad y exquisitez absolutas con una selección de desnudos femeninos: "Jeanne en chemise" de Manguin (1905) con un juego de líneas horizontales y diagonales, y su homólogo en tinta chica sobre papel. Una vez en la segunda planta, primero contemplanos obras de Charles Camoin como "La fille endormie" (1905) y la "Flânerie sous les pins" de Jean Puy (1906), para pasar a la sala "La fiereza del color" que abre pisando fuerte con el famoso "Big Ben" de Londres pintado por Derain. Pero no se queda ahí: desfilan ante nuestros ojos obras como "Les voiles rouges" (1906) de Derain, con violentos contrastes de color. De esta sala me gustaría destacar unas obras espectaculares de Marquet, los sublimes "Quai Saint Michel sous la neige" (1908-09) con una nube de humo de ferrocaril que envuelve la escena de bruma y restringe la paleta a blancos, pardos y grises. Contrastan con ello, las obras de Vlaminck, de violenta intesidad con sus vistas del Sena como "La vallée de la Seine à Carrière" (1906). En la siguiente sala circular se presentan acuarelas de Dufy, Rouault, Frisz, y tintas chinas de Marquet. Pasamos a una gran sala que nos permite apreciar de forma contrastada tres artistas: Frisz, Dufy y Braque. De Frisz, aprendemos sobre su preocupación por el modelado, la modulación de los tonos y la utilización de una paleta saturada de colores cambiantes mientras contemplamos "Le port d'Anvers" (1906), entre otras. Además, la sala muestra su evolución hacia formas más sinuosas como "Paysage de La Ciotat". De Dufy, apreciamos la forma tan personal que tiene de distribuir el espacio en planos estructuados por arabescos que se entrecruzan en composiciones ricas como "Jeanne dans les fleurs" (1907). Y de Braque, podemos apreciar la forma de construir el espacio a través del color como en "L'Estaque" (1906). Terminamos el recorrido con "Los senderos se bifurcan". Cézanne muere en 1906 y los artistas vuelven al orden, a la estructura, al rechazo del color en pos del dibujo y la forma, en homenaje al gran maestro. En esta sala, podemos contemplar la evolución artística de los fauvistas a partir de 1906. Los desnudos de Matisse, Manguin y Braque, unos junto a otros para poder compararlos; destacan las "baigneuses" de Derain y Frisz (que recrea la Arcadia idílica por influencia de Cézanne). Dentro de esta sala, se abre un anexo con jarrones de cerámica fauvista (vases fauves) espectaculares como los de Derain, Matisse, Vlaminck que todos ellos crearon a iniciativa de Vollard. Continuamos con obras muy interesantes como el retrato de "Marguerite" hecho por Matisse de su hija y que Picasso le pidió a éste porque le gustaba mucho. Terminamos la exposición con "Femme nue blonde" de van Dongen y cuadros que prefiguran el cubismo como"Usine à l'Estaque" de Dufy con sus figuras geométricas.
Lo mejor: Todo, absolutamente todo, pero voy a citar a dos solo para que os fijéis en ellos porque son sublimes: "Les oeufs rouges" de Manguin y "Quai Saint Michel sous la neige" de Marquet. 
Comentario: Todo perfecto y más que perfecto, excelente, como siempre. En manos de cualquier otro museo o fundación la exposición habría acabado titulándose "Matisse y sus amigos" o algo por el estilo. Afortunadamente para nosotros, la Fundación Mapfre sabe perfectamente lo que hace y, además, lo hace muy bien. Aquí nos muestran una gran y variada selección de artistas auténticamente fauvistas (pues algunos autores no consideran a Matisse como un verdadero fauvista). En la muestra, se nos deleita con la pintura de Matisse, sí, pero también y sobre todo de Derain y Vlaminck. También se incluyen piezas absolutamente deliciosas de Camoin, Manguin, Frisz, Dufy, Braque, etc. Muchas (muchísimas) de estas obras se han rescatado de colecciones particulares, por lo que la exposición es la ocasión única e irrepetible de poder apreciarlas en su conjunto, compararlas y verlas al fin reunidas. Por ejemplo, la exposición permite comparar la intesidad del color, el caos y el desorden de "L'Estacada du Casino à Sainte Adresse" de Dufy (1906) procedente del Museo de Arte de Milwaukee con la estabilidad compositiva de "La jetée de Sainte Adresse" de Marquet (1906) de una colección particular. La muestra es completa, da una visión de lo que supuso el fauvismo en la historia del arte, de la importancia y brevedad que tuvo este movimiento, de los componentes que lo formaron y de cómo se conocieron, del tiempo y lugar que compartieron y en el que desarrollaron sus obras, de sus continuos contactos. La perspectiva cronológica con que se ha organizado la exposición también resulta todo un acierto. Finalmente, han vuelto a añadir paneles explicativos lo que es de agradecer pues tienen muchas cosas interesantes que contar y creo que es por eso que la Fundación Mapfre siempre destacará del resto.
Puntuación: Matrícula de honor.
Datos prácticos: "Los Fauves: la pasión por el color". Del 22 de octubre 2016 al 29 de enero 2017. L 14h-20h. M-D 10h-20h. D-F 11h-19h. Precio 3 Euros.
NOTA: Los sábados por la mañana, a primera hora, la visita se puede ver interrumpida por la visita guiada para niños y esto  rompe el silencio y resulta bastante molesto. Añadir también que desafortunadamente para los amantes de los buenos libros de arte, la magnífica librería de la Fundación se ha cerrado y ahora se ha convertido en un expositorio de productos de marketing (han retirado casi todos los fondos bibliográficos que solían tener). Así que ahora habrá que ir a la Librería Central del Museo Reina Sofía a comprar esas joyitas que antes encontrábamos con facilidad en el Paseo de Recoletos. Una lástima... 

Los pilares de Europa: la Edad Media en el British Museum

En pocas palabras:  La propuesta que se puede ver este otoño/invierno en el CaixaForum de Madrid es esta decepcionante exposición titulada "Los pilares de Europa: la Edad Media en el British Museum" que no cumple, ni por asomo, los numerosos objetivos que promete en su nota de prensa y que comentaremos. Sin duda se trata de la exposición más absurda que se haya podido ver en Madrid en los últimos años. Un auténtico sinsentido.
Organizadores:  En el año 2015, la Fundación Bancaria La Caixa y el British Museum firmaron un acuerdo de colaboración. Esta es la primera exposición fruto de ese acuerdo. El acuerdo es interesante y tiene potencial. Esperemos que las próximas propuestas que surjan sean más atinadas en cuanto a la selección de las piezas, el tema de la exposición y, sobre todo, la sustancia y profundidad del estudio que se lleve a cabo. 
Descripción: Voy a empezar por reproducir, literalmente, lo que oí de un caballero que, como yo, visitaba ayer la exposición y soltó un "¡Aquí no hay  más que gilipolleces!" que le salió del alma y que reproduzco porque creo que resume bastante bien lo que se expone: un conjunto de tonterías varias procedentes de los fondos más subterráneos de un gran y prestigioso museo como es el British Museum.

Empezamos la muestra con una instalación videográfica que promete ser apasionante pero que se queda en una sucesión de imágenes del tipo "El legado de las universidades" seguido de fotografías de universidades como Oxford o Salamanca, que se construyeron durante la Edad Media. El resto de imágenes es igual de prosaico.
Pasamos al resto de los espacios cuyos títulos preludian el nivel infantil con el que se ha diseñado toda la exposición: la familia real; el caballero; el ocio; la moda; los romances cortesanos; la iglesia medieval, etc. (os ahorro el resto que aún me da vergüenza ajena). Daba la impresión de que la exposición estaba dirigida a un público infantil con nivel cultural de primaria pero eso no estaba indicado en ningún sitio (si ese era el objetivo de la muestra, habérnoslo dicho de antemano). A principios del recorrido, nos topamos con una pomposa instalación de un mapa histórico. Éste se contentaba con ponernos la sucesión de reinos en la Europa de la Edad Media, algo propio de los libros de la E.S.O pero que no aporta nada nuevo al público en general y mucho menos al que está de algún modo interesado en la Edad Media. Habría estado mejor que pusieran la sucesión de reinos en letras grandes para los niños y los despistados que ignoran que hubo visigodos en la Península ibérica y francos en Fancia y que hubieran añadido algunos datos más significativos para los que teníamos más de 12 años y no recordábamos esos datitos.
Y entre las piezas ¿qué había? Pues anillos papales, más anillos como el del Conde de Warwick (siglo XV), y muchas muchas matrices para sellos de reyes (Enrique VI, Ricardo III, etc.). También monedas: de Pedro el Cruel, de Carlos II, etc. Durante el muy intelectual recorrido, aprendemos cosas importantísimas como que los botones se usan a partir sel siglo XIII y la baraja francesa/inglesa desde el siglo XV, todo ello acompañado de botones y naipes medievales. 
No quiero dejar de comentar que había placas informativas sobre las piezas -menos mal- pero los datos que aportaban incluían frases evasivas sobre los usos de las mismas como: "probablemente significa", "es posible que"; para concluir que no se ha estudiado más el uso de la pieza ni se ha aprovechado el motivo de la exposición para hacer este estudio interpretativo sobre su uso y significado. Por otra parte, las placas informativas no citaban la procedencia exacta de la pieza sino que contenían una simple mención del origen como "Francia" o "Inglaterra" (damos por hecho que todo procedía del British Museum, salvo cuando se indicaba el nombre de otro Museo pero es una asunción nuestra que no pudimos corroborar in situ). Otras veces, parecía que querían destacar algunas piezas aprovechando la moda de las series medievales como los Tudor con piezas como una placa diminuta con el símbolo de la rosa roja y blanca de los Tudor en el siglo XV (no había lupa para permitir apreciar el símbolo de la rosa pero supongo que hay que creerse lo que ponen en las placas informativas).  
Lo mejor: Nunca pongo lo peor, pero aquí lo haré porque me divertí buscando, entre todas las piezas, qué era lo más absurdo. Y lo más ridículo diría yo que se disputa entre el silbato para halcón y la cucharilla para limpiarse los oídos. Os adjunto foto del segundo. Habría hecho más fotos de objetos absurdos, pero prefiero ahorrarle a la Fundación La Caixa el ridículo.
Cucharilla para limpiarse los oídos

Frontal del Altar Ferrera con tetramorfos


Por desgracia para una exposición que incluye el nombre del distinguido British Museum en su título, las mejores piezas no procedían del British Museum sino de Museos españoles, citaré por ejemplo: el políptico de Santa Clara de Asis y la figura de Cristo Juez de piedra (siglo XIII)  ambas  del Museo Frederic Marés de Barcelona, y el Frontal del Altar Ferrera con el tetramorfos (siglo XIII) del Museo de Arte Nacional de Cataluña. Y para que no digan que soy malvada, he elegido entre el resto de piezas -que, asumo, procedían del British Museum-, las siguientes: dípticos de marfil de Francia (siglos XIV-XV), bastón de mando de cristal de roca (siglo XV), varios grabados como el de la toma de Jerusalem (Francia, siglos XV-XVI) y el de Geoffroy de Plantagenet (siglo XIX), y baldosas con cerámica vidriada como la de Chertsey (siglo XIII-XIV) con un retrato del rey legendario de Tristán y Isolda.
Comentario:En primer lugar, la Edad Media comprende los siglos V a XV: ¿por qué haber dedicado una exposición a la Edad Media en su totalidad? Es un periodo muy amplio en el que suceden muchas cosas; teniendo en cuenta que abarca diez siglos el riesgo de dispersión está asegurado. Habría sido mucho mejor centrarse en un periodo concreto, o en un aspecto concreto elegido entre todos los que suceden en la Edad Media. Por ejemplo,  una exposición sobre la Guerra de las Rosas, el período Tudor, o qué sé yo, la vestimenta medieval y sus accesorios en el siglo XV. Perdón pero ¡anda que no habría temas que sacar y piezas en el British que exponer! La muestra se queda en la superficie y más parece orientada a los niños que estudian la E.S.O que a un público mayor de 12 años. Sirva de ejemplo la información tan relevante que nos aporta un panel escogido al azar (pero vamos, son todos igual de profundos): "La familia real estaba rodeada por su séquito, la corte, que nadaba en la abundancia y vivía de forma esplendorosa" (panel informativo del espacio dedicado al Poder Real). ¡Menos mal que nos lo cuentan! Porque nadie, nadie sabe esto de la Edad Media.....

En segundo lugar, pasemos a resumir los objetivos de la exposición según su nota de prensa:
1) Abrir una ventana al mundo de la Edad Media a partir de los tesoros y la cultura material tanto de la élite dominante como otros grupos sociales: lo que vi en la exposición no se puede calificar de "tesoros" a no ser que por tesoros se entienda un silbato para halcón o una cucharilla para limpiar oídos. La mayoría de los artículos expuestos rozan lo absurdo y bien merecen que se diga de ellos lo que le oí decir a aquel caballero que los calificaba de "gilipolleces".
2) Con una innovadora escenografía, la exposición incluye más de 260 objetos extraordinarios procedentes en su inmensa mayoría de la colección del British Museum, muchos de los cuales nunca habían sido exhibidos". Veamos esta afirmación por partes:
  •  ¿Escenografía innovadora un conjunto de videos con imágenes que desfilan; un video con un retrato de Ricardo III y la leyenda debajo que pone Ricardo III es innovador? ¿un mapa histórico es innovador?
  • ¿Objetos extraordinarios? Claaaro, deben hablar de los numerosísimos sellos de reyes que, entre otras cosas, apenas se podían ver porque ni se han molestado en aumentarlos con lupas.
  • Muchos de los cuales nunca habían sido exhibidos: no me extraña...los británicos tienen sentido de la vergüenza.
3) La muestra se completará con préstamos excepcionales de las colecciones del Museo Arqueológico Nacional de Madrid, el Museu Nacional d’Art de Catalunya y el Museu Frederic Marès. Sin duda, las mejores piezas de la exposición y no las "complementarias" procedían en efecto de estos tres museos.
4) Estos tesoros ayudarán a ilustrar acontecimientos cruciales, destacar figuras famosas y dar a conocer a los visitantes distintos aspectos del mundo medieval, tales como la vida en la corte, la guerra y la conquista, y también la devoción personal. Pues sí, la exposición ayudará a ilustrar que en la Edad Media había caballeros que usaban espadas y cascos porque eso nadie lo sabe, salvo los niños que aún no tengan 10 años y que no hayan visto nunca dibujitos de caballeros. También ayudará a ilustrar que los caballos llevaban espuelas, que en la corte había un rey con su séquito y que la iglesia estaba muy presente en la vida de la edad media porque en las iglesias había relicarios y la gente rica tenía dípticos de marfil en sus casas para rezar. Porque todo esto nadie lo sabe...

Puntuación: Supenso y sin posibilidad de recuperación.
Datos prácticos: Mejor no ir a verla. Pero si aún así os animáis: CaixaForum de Madrid del 19 octubre 2016 al 5 febrero 2017. L-D 10h-20h. Entrada 4 Euros.  

viernes, 14 de octubre de 2016

Próximas citas - un octubre 2016 que promete

Este otoño 2016 estará cargado de citas estupendas para amantes del arte:
  •  La próxima semana está cargada de inauguraciones de exposiciones. Renoir en el Thyssen a partir del 18 de octubre; una muestra del British Museum viaja hasta el CaixaForum de Madrid a partir del 19 de octubre y terminaremos la semana con la inauguración el viernes 21 de octubre de una exposición dedicada al Fauvismo en la Fundación Mapfre de Madrid.  

  • La semana siguiente se inaugura la exposición de Clara Peeters en el Museo del Prado (martes 25 octubre).

  • Tendremos que esperar hasta el 29 de noviembre para ver las joyas de Bulgari seleccionadas por el Thyssen, que para el verano 2017 nos ha prometido ver arte veneciano y obras de Delaunay. 

Lusitania: el origen de los pueblos

Mosaico de las Musas
En pocas palabras:Fue la propuesta del MAN (Museo Arqueológico Nacional) para el verano 2016 pero mis quehaceres diarios me impidieron visitarla hasta ahora, que está a punto de clausurarse (fecha de cierre el 16 de octubre 2016). Se trata de una muestra reducida de piezas procedentes de Lisboa y Mérida, en su gran mayoría.
Organizadores:Ministerio de Educación, Museo Arqueológico Nacional, Junta de Extremadura, Museo Nacional de Arte omano, Museo Nacional de Arqueología de Portugal, República Portuguesa (Dirección del Patrimonio Cultural) y Acción Cultural Española. Comisarios: José María Alvarez Martínez, Antonio Carvalho, Carlos Fabiao y Trinidad Nogales.
Descripción:  La planta baja del MAN (lugar habitual para las exposiciones temporales) alberga una muestra arqueológica de la provincia romana de la Lusitania que abarca, como es bien sabido, la parte oeste de la península ibérica incluyendo los territorios de lo que hoy sería Extremadura y parte de Portugal (y para los puristas, también partes de Salamanca etc). El recorrido se presenta en diversos espacios delimitados por paneles con números que ayudan a no perderse. Comenzamos con la Lusitania prerromana, un acierto para situar al visitante. De este primer espacio destaca la escultura de un guerrero y un ejemplar impreso de la escultura policromada. Seguimos con los primeros contactos con Roma (espacio II) donde observamos un verraco de la provincia de Cáceres (c. s. VII a.C.). Continuamos el recorrido con la creación de la provincia romana de la Lusitania (espacio III). El espacio IV presenta gran interés por incluir una maqueta de la ciudad de Mérida, Emérita Augusta, capital de la provincia lusitana. Pasamos entonces a una sucesión de espacios que incluyen piezas representativas de la vida en Lusitania: vivir en sociedad (incluye algunas tablillas con supuestos de Derecho Romano), la economía y formas de producción (con presentación de diversos elementos realizados en vidrio y ánforas), la vida rural y finalmente, quizá lo más interesante, las manifestaciones religiosas. El recorrido termina con un espacio que alude a la lenta transofmración en el Bajo Imperio romano.
Estela de la luna
Lápida funeraria con epigrafía hebrea

Lápida funeraria con epigrafía cristiana







Lo mejor: El mosaico de las musas (siglo IV d.C) procedente de una villa romana de Portalegre (Lisboa). 
Comentario: Decía que lo más interesante del recorrido era quizás la zona VIII destinada a las manifestaciones religiosas porque se exponen diversas lápidas funerarias que permiten apreciar los orígenes del cristianismo y contrastar las diversas inscripciones de elementos cristianos, judíos y paganos en el siglo I d.C. Así, se expone el Sarcófago de las estaciones datado en el siglo III d.C. procedente del Museo Nacional de Porto (carácter pagano) junto con lápidas con elemenos judíos (la del dirigente de una sinagoga datada en el siglo IV d.C.) y cristianas (con uno de los ejemplos más primitivos de epigrafía cristiana) y todo ello con otras piezas como la estela de la Luna cuyas inscripciones podrían dar lugar a interpretaciones tanto cristianas, como paganas o heréticas. Para mi, este sea quizás uno de los logros de esta exposición y es que creo que según la mirada que la vea, se pueden hacer diversas lecturas. Para la persona interesada en los trazados de las ciudades romanas, esta exposición tiene interés dado que parte de ella se centra efectivamente en la urbanización de una provincia romana (se muestra el trazado de Mérida y también se exponen elementos de su ingenería). Si se quiere visitar para tener una idea general de la vida en una provincia romana, también permite esta lectura la exposición. Pero si lo que se quiere es hacer una lectura sobre la mezcla en provincias de elementos de la vida religiosa, pues también permite esta lectura el recorrido. Cuando un recorrido de exposición permite hacer varias lecturas es que tiene sustancia, que el recorrido si bien no es exhaustivo, permite que cada uno se la apropie como desee, que uno la mire dependiendo de su mirada. Quizás esto también implique que a la exposición le faltaba un punto de vista definido, y quizás sea cierto, pero la posibilidad de encontrar en la muestra, si bien pequeña, sabrosa, las respuestas a las preguntas que cada cual se plantee sin duda hace que merezca la pena hacer la visita.
Puntuación: Notable.
Datos prácticos:Entrada Gratuita. "Lusitania: el origen de los pueblos". Entrada gratuita. Museo Arqueológico Nacional. del 1 de julio al 16 de octubre 2016. M-S 9:30-20:00 y D-F 9:30-15:00.

viernes, 22 de julio de 2016

Caillebotte: pintor y jardinero

Remero con sombrero de copa
Calle de París, tiempo lluvioso
En pocas palabras: Una exposición  ideal para ver en época estival, fresca, impresionista, y muy recomendable. La única interesante de verdad que hay actualmente en el Museo Thyssen a pesar de la pomposa publicidad que ha recibido la otra exposición sobre "Caravaggio" (ver el comentario sobre esta exposición para más información).
Organizadores: Museo de los Impresionistas de Giverny en colaboración con el Museo Thyssen. Comisaria de la exposición Marina Ferretti; Comisaria técnica del Thyssen Paula Luengo.
Descripción: Para situarnos: Caillebotte es un pintor impresionista de la segunda mitad del siglo XIX  conocido en la historia del arte por ser el organizador de los salones impresionistas, llegando a exponer sus propias obras en ellos. La exposición presenta una selección de sus obras más emblemáticas en un recorrido de cuatro salas. Comenzamos en la parte exterior con una reproducción en 3D muy lograda de su propiedad de Gennevilliers y un panel que recoge su biografía. Una vez dentro, la primera sala titulada "El París de Haussmann, un universo mineral" nos adentra en las obras del artista que representan espacios urbanos (de hecho, la exposición propone un recorrido temático por la obra del pintor: de la ciudad al campo). Destacan numerosas obras en esta sala, entre ellas: "Autorretrato con caballete" con, de fondo, una representación de la obra "Moulin de la Gallette"; "Calle de Paris, tiempo lluvioso" y varios bocetos y estudios para "Los acuchilladores" (si bien esta obra no se expone). En esta sala, hay dos obras realmente interesantes: "Balcón del Boulevard de Haussmann" (con una esquema compositivo en diagonal y una utilización de la luz en los árboles de pincelada gruesa muy impresionista que hace contrapunto de la fachada gris del edificio realizada con una larga sucesión de pinceladas violetas), y "Boulevard de Haussmann visto desde arriba" con una perspectiva poco usual y muy divertida que aplasta a los paseantes a modo de escorzo.
Balcón del Boulevard de Haussmann
El Sena y puente de ferrocarril de Argenteuil
La siguiente sala se titula "Vacaciones en Yerres" donde se enfrentan dos obras muy interesantes: "Remero con sombrero de copa" y "Piraguas en el río Yerres". El remo era una actividad lúdica de la burguesía en esa época y el tratamiento del agua y los reflejos de luz están muy logrados en ambas pinturas. La disposición de estas dos obras, una frente a la otra, dominan la sala y resulta muy acertada. La rodean diversos cuadros en los que el artista representa la pradera de Yerres (paleta de tonos verdes), la misma pradera a la hora de la puesta de sol (paleta que mezcla marrones y verdes) así como el jardín y el huerto de Yerres (con una atmósfera matinal y un orden simétrico en la representación de la naturaleza). Pasamos a la sala "El Sena y los viajes a Normandía" donde nos encontramos con un cuadro muy interesante titulado "El Sena y puente de ferrocarril de Argenteuil". Recordemos que Argenteuil, lugar predilecto de Monet, ha inspirado a muchos pintores impresionistas. Aquí, Caillebotte escoge representar el macizo puente de acero que contrasta con un tren a lo lejos cuyo vapor se ha realizado con rápicas pinceladas que aligeran la composición. Terminamos el recorrido con la sala "El jardín de Petit Gennevilliers". En esta sala nos encontramos con diversas obras pintadas por el artista para decorar su propiedad de Gennevilliers, que adquiere tras casarse su hermano. Destacan cuatro paneles muy bellos titulados "Parterre de margaritas" que Caillebotte realizó para decorar el comedor de la propiedad. Dos de ellos están inacabados debido a la muerte sobrevenida del artista. Pero no son los únicos cuadros que representan flores: hay en esta última sala pinturas de dalias, orquídeas, gladiolos, capuchinas, girasoles, rosas; todas con una rica paleta de colores. Destaca también un cuadro titulado "Ropa blanca secándose" que recuerda los cuadros de ropa tendida de Berthe Morisot.

Parterre de margaritas
Lo mejor: El "Parterre de margaritas". 
Entrada a la exposición
Comentario: Desafortunadamente, el Museo Thyssen desde hace algún tiempo ha optado por no incluir en sus exposiciones temporales ningún tipo de información en los paneles de las obras expuestas (salvo título, fecha y procedencia ), así que resulta imprescindible pagar 4 euros para adquirir la audio-guía (4 euros por exposición). Esta es la principal crítica porque, de no adquirir la audio-guía, no se entiende realmente lo que se está viendo. Esto es aún más relevante en exposiciones como éstas, debido a la poca información que se tiene sobre el artista, poco conocido para el gran público. En cualquier caso, con o sin audio-guía, la exposición es todo un acierto por varios motivos. El primero de ellos es la coherencia de la muestra: las obras expuestas son todas de Caillebotte y aportan una buena visión del conjunto de su obra. El segundo es la calidad de las obras seleccionadas: casi todas procedentes de colección privada, y con interesantes juegos de perspectivas y composiciones arriesgadas. El tercero es que Caillebotte es un pintor impresionista, y la paleta impresionista, con esa mezcla de luz y tonos pasteles, siempre reconforta. Una cosa importante he de decir sobre la calidad de la audio-guía: la dicción en castellano es en general muy buena, pero para esta exposición sobre un pintor francés es de lamentar que la pronunciación de las palabras en francés no sea la correcta lo que desluce un poco la grabación.
Puntuación: Sobresaliente.

Entrada a la exposición
Datos prácticos: "Caillebotte: pintor y jardinero", del 19 de julio al 30 de octubre 2016. Museo Thyssen. Entrada 12 euros. Audio-guía (imprescindible para enterarse de lo que se está viendo): 4 euros (por exposición). M-S 10h-20h. D 10-19h.

jueves, 21 de julio de 2016

Impresionistas y Modernos: obras maestras de la Philips Collection

Dora Maar con sombrero verde
En pocas palabras: Una excelente exposición que reúne sesenta obras de la colección de Duncan y Marjorie Philips procedente de Washington. Se trata de pequeñas obras maestras que datan casi todas de finales del siglo XIX a principios del siglo XX, de ahí que se haya comisariado con el pomposo título de "impresionistas y modernos".
Organizadores: La conservadora de la Phillips Collection y comisaria de la exposicion, Susan Behrends Frank
Descripción: El recorrido está dividido en seis áreas bien definidas con paneles que incluyen explicaciones didácticas sobre cada período de la historia del arte, principalmente orientados a un público neófito en la materia, y ordenados cronológicamente por "estilos".Comenzamos con "Clasicismo, romanticismo y realismo" donde compiten nada menos que Ingres (con una bañista pequeña pero sublime), Manet (con un ballet español hecha de pinceladas sueltas que da la sensación de que el cuadro está inacabado)  y Fantin Latour con un bodegón de melocotones. Pero la estrella de este primer ámbito es sin duda "El levantamiento" de Daumier. Continuamos con el espacio titulado "Impresionismo y postimpresionismo" donde, perdido entre obras de Degas, Monet y Cézanne, podemos apreciar a Morisot con sus "Dos muchachas". El tercer espacio se titula "París y el cubismo" y huelga decir, porque no podía faltar, que aquí encontramos a Picasso. Pero también hay obras de Modigliani, de Braque, de Dufy... Seguimos con "Intimismo y arte moderno" donde se exponen obras de Bonnard y Matisse. En "Naturaleza y expresionismo" nos encontramos con Kandinsky, Kokoschka y Soutine. "Expresionismo abstracto" nos enseña cuadros de Gottlieb, Guston, Pollock...
Lo mejor: Son muchas las obras que merece la pena apreciar en esta muestra. Personalmente, he elegido tres: "La habitación azul" y "El retrato de Dora Maar con sombrero verde" de Picasso y  "El levantamiento" de Daumier, que simboliza la lucha de los movimientos sociales en 1848.
La habitación azul

Comentario: La denominada Philips Collection celebra su 95º aniversario, y esta es la razón fundamental que ha impulsado la exposición además de la importancia que tiene de por sí al considerarse primer museo de arte moderno de los Estados Unidos (se abrió al público en 1921). La exposición brinda una muy buena ocasión de apreciar arte contemporáneo de los siglos XIX y XX y compender la evolución que hubo entre sus diferentes "estilos". Las obras están dispuestas siguiendo una evolución estilística, respetando el discurso oficial de la historia del arte así que su visita resulta especialmente ilustrativa para estudiantes. Aunque es entretenida para todos los públicos. Como se ha podido leer en la descripción, los artistas representados en la exposición son casi todos muy conocidos y han marcado de un modo u otro la historia del arte. Esta exposición es la ocasión perfecta para apreciar obras menos conocidas de esos grandes maestros.
Puntuación: Matrícula de honor.
Datos prácticos: "Impresionistas y Modernos, obras maestras de la Philips Collection", entrada 4 euros (gratuita para clientes de La Caixa). Del 14 de julio al 23 de octubre de 2016, de L-D de 10h a 20h. Mencionar que para los afortunados que disponen de tiempo libre, habrá un interesante ciclo de conferencias sobre las obras de la colección impartidas por la gran (la admiración me pierde) Estrella de Diego (escritora y catedrática de la Universidad Complutense de Madrid) que tendrá lugar en septiembre y octubre 2016 (martes y jueves a las 19h30). Tomarán como punto de partida Ingres, Manet y Fantin-Latour pero también y como es habitual para esta especialista en estudios de género las mujeres artistas cuyas obras están presentes en la exposición: O'Keeffe y Berthe Morisot.

Real Fábrica de Tapices

Los telares originales del siglo XVIII

La entrada a la Real Fábrica

BONUS: REAL FÁBRICA DE TAPICES
En pocas palabras: Si bien el objetivo de este blog consiste en realizar comentarios de exposiciones que tienen lugar en Madrid, en este caso voy a hacer una excepción para hablaros de una visita que me ha impresionado. Se trata de la visita al museo vivo de la Real Fábrica de Tapices (calle Fuenterrabía 2, cerca de la estación de Atocha). Es una joya de la ciudad poco conocida y muy interesante.
Descripción: Las visitas son guiadas, duran 45 minutos y cuestan 4 euros. El propósito de la visita es enseñar a los visitantes parte de los fondos que conserva la Real Fábrica pero, sobre todo, y de ahí que se denomine "museo vivo", mostrar en qué consiste la actividad actual del museo. En este sentido, la visita está muy bien estructurada pues permite distinguir con explicaciones y viendo el trabajo de los artesanos la diferencia entre el trabajo realizado en tapices (creación), alfombras (restauración) y reposteros (creación de piezas heráldicas, banderas, etc.).

La visita comienza en una galería en la que se expone parte de los fondos de la Real Fábrica. Así, de las paredes cuelgan tapices datados del siglo XVIII y XIX, y dos fabulosos cartones para tapices realizados en acuarela sobre papel pintados por Goya. Además, en unas vitrinas se aprecian textos antiguos relacionados con los pedidos realizados en el siglo XVIII para la Real Fábrica y diversas piezas que forman parte de su Archivo Histórico. Una vez que la guía nos explica un poco la historia de la Real Fábrica, pasamos a una gran sala diáfana: la de los tapices. Esta sala es sin duda la estrella de la visita: se trata de un taller con inmensos telares de lizo. La madera de los telares es original y data del siglo XVIII. En ellos, los y las artistas trabajan realizando tapices con una facilidad que deja con cara de asombro a los visitantes que nos colamos en su cotidianidad llenos de curiosidad. Los tejedores tienen unos cartones que les sirven de guía en función de los encargos que reciben. Se les puede observar mientras introducen tramas entre las urdimbres gracias a unas canillas. En estas canillas, cuelgan diversos hilos de lana de varios colores y son ellos quienes eligen los colores de las lanas que más se adaptan a lo que están haciendo; de ahí que se les pueda denominar verdaderos artistas, puesto que ellos eligen las tonalidades del color que más se ajustan a la visión del conjunto. El recorrido continúa en otra sala diáfana dedicada al trabajo de las alfombras.  Además de crear alfombras originales en nudo turco, en esta sala se restauran alfombras antiguas recorteando (que es el término para describir la acción de recortar dibujando). En esta misma sala, hacia el final, se aprecia el trabajo de los reposteros que realizan banderas institucionales con signos heráldicos o escudos realizando un trabajo de collage de tejidos como la seda o el terciopelo. En la parte superior de esta sala, se aprecia un inmenso depósito de lanas. Según nos comenta la guía, todos los colores son originales creados por y para la Real Fábrica de Tapices. Esto significa que la Real Fábrica dispone de un laboratorio propio que realiza los pigmentos y las mezclas de colores de forma que sean exclusivos para la Fábrica. En un segundo lugar, estos colores son enviados a Toledo, de donde proceden las lanas, para que allí sean teñidas. Las lanas son todas procedentes de Toledo, por tanto la producción es 100% española. Una vez teñidas, los ovillos llegan a la Real Fábrica y son almacenados en esa gigantesca buhardilla que sirve de depósito de lanas y abastece exclusivamente a la Real Fábrica.
Lo mejor: Ver el trabajo de los tejedores en los telares de madera originales del siglo XVIII.

El trabajo de una tejedora con las canillas

Comentario:Resulta increíble que Madrid cuente con una joya semejante y esté tan poco explotada o sea tan poco conocida. Mientras duraba la visita, no dejaba de preguntarme cómo es posible que no sea más conocido del gran público un lugar así, tan interesante y sobrecogedor. Se trata de un lugar al que podría sacársele muchísimo más partido pues la visita es muy entretenida. En mi modesta opinión, esta visita debería ser de carácter obligado para cualquiera que visitara la ciudad, ya sea nacional o extranjero, por su valor artístico y cultural, y también por el carácter de entretenimiento que supone. Quizás el único aspecto mejorable sea que si bien la Real Fábrica cuenta con un gran Archivo Histórico y piezas únicas en sus fondos, éstos no se expongan más al público. Es decir, la visita está muy centrada en el aspecto de "museo vivo" y eso está genial, pero me habría gustado ver también más fondo histórico (más tapices, de esos que deben guardar en sus sótanos, y más archivos). Si además de ver el museo vivo, pudiéramos disfrutar de los fondos de la Fábrica, la visita tendría mucho más interés para amantes de la historia del arte. Por otra parte, la guía nos explicó durante la visita que hace unos años, la Fábrica contaba con un taller - escuela que formaba estudiantes que luego pasaban a formar parte de la plantilla de tejedores. El problema, nos dijo, es que por falta de presupuesto este taller se tuvo que cerra. Resulta increíble el poco personal del que disponen para la gran cantidad de encargos que reciben. Sin duda, se debería dotar de más presupuesto para salvar este lugar que tiene un gran interés histórico y cultural para el patrimonio de España. Y nosotros podemos contribuir a ello con un simple gesto: ir a visitarla.

Puntuación: Sobresaliente.
Datos prácticos: Real Fábrica de Tapices, calle Fuentarrabía 2, Madrid. Visitas únicamente guiadas: a las 10h y a las 13h. Son simultáneas en inglés y castellano si hay publico extranjero en el grupo. Duración de la visita 45 minutos. Entrada 4 euros (no hay descuentos). Tienen un catálogo estupendo que se puede adquirir por unos 35 euros y cuenta la historia de la Real Fábrica.

sábado, 9 de julio de 2016

Caravaggio y los pintores del norte

Los músicos, Caravaggio
En pocas palabras: La apuesta del Thyssen para el verano es una exposición titulada "Caravaggio y los pintores del norte". 53 cuadros de los cuales hay 12 "caravaggios". La exposición pone de manifiesto la estela de Caravaggio en los llamados caravaggistas de la escuela de Utrecht y otros pintores del norte de Europa. Hay obras expuestas de caravaggistas célebres como Adam Elsheimer, Hendrick ter Brugghen, Dirck van Baburen... El problema es que hay que pagar los 12 euros que cuesta ahora la entrada más los 4 euros que cuesta la audio-guía sin la cual uno no se puede enterar de nada ya que desde hace un tiempo el Museo Thyssen no incluye ningún tipo de panel explicativo al lado de las obras expuestas. 
Entrada a la exposición
Organizadores: Comisario Gert Jan van der Sman (profesor de la Universidad de Leiden y miembro del Istituto Universitario Olandese di Storia dell’Arte en Florencia)
Descripción: Empezamos con "Caravaggio en Roma" con algunas obras de Caravaggio pintadas durante su etapa en Roma. No entendí muy bien qué hacía en esa primera sala toooda la biografía del artista en unos paneles si la exposición no iba sobre él sino sobre la relación de él con pintores del norte. Entre las obras de Caravaggio se exponían, por ejemplo: "Muchacho mordido por un lagarto" (en la que destaca el erotismo del personaje principal), "Muchacho pelando fruta", "La buenaventura", "Los músicos" (donde destaca la autenticidad de las notas que aparecen en la partitura del cuadro), "El martirio de Santa Catalina de Alejandría" (un cuadro realmente bello, que refleja la maestría del artista en el uso de la luz; pero que pertenece a la colección permanente del Museo y por el que, por tanto, no merece la pena pagar si ya se conoce el museo), "El sacrificio de Isaac" y "San Fancisco en meditación".
Seguimos el recorrido con una sala titulada "Los primeros admiradores: Adam Elsheimer y Peter Paul Rubens". En ella lo más destacable es la presencia de un pequeño cuadro realizado por Rubens titulado "La adoración de los pastores" que procede del Museo del Ermitage de San Petersburgo. En esta sala se descubren otras de Nicolas Régnier, con un interesante autorretrato ante el caballete.
En la sala siguiente, "Artistas y amantes del arte: quadri da stanza y quadri d'altare", aparecen obras de von Honthorst (pero también hay obras de este pintor en la sala siguiente). Entre ellas, dos interesantes piezas a comparar (si bien se han dispuesto en dos salas diferentes, lo que dificulta la comparación): "Alegre compañía" y "Alegre compañía con tañedor de laúd", obras con una paleta intesa y la yuxtaposición de dos focos de luz. No entendí muy bien qué hacía en esta tercera sala un sarcófago del primer cristianismo procedente del Museo Arqueológico Nacional. También hay obras de van Baburen (la más impresionante procede de la Embajada de España en Italia: el "Entierro de Cristo", cuya organización de figuras y dramatismo están inspirados por la obra del mismo nombre de Caravaggio expuesta en los Museos Vaticanos pero que no está en la exposición).
En la siguiente sala, "Hendrick ter Brugghen y la escuela de Utrecht", se expone un anónimo procedente de la colección permanente del Thyssen titulado "San Sebastián atendido por Santa Irene". Dos cuadros destacan en esta sala por la mezcla de notas frías y cálidas, el uso de una paleta brillante y un esquema compositivo similar al de Caravaggio: "La cena de Emaús" y "La vocación de San Mateo". En la audio-guía precisan que "los pliegues de la camisa del personaje principal de Brugghen tienen un toque caravaggesco". 
La siguiente sala, "Pintores franceses en Roma", sigue en la misma línea que las anteriores, con obras de Valentin de Boulogne, Claude Vignon (destaca su "San Pablo" procedente de Turín) y Nicolas Tournier (con un cuadro interesante titulado "Jugadores de dados" en el que la mesa de juego es un sarcófago clásico; lo que cobra mucho significado si sabemos que el pintor era un protestante viviendo en Roma en pleno siglo XVII).
La sala siguiente se titula "Nápoles y el sur de Italia: el último Caravaggio y sus seguidores". Aquí había obras con fuertes claroscuros como la de Matthias Stom ("Flagelación de Cristo") y otras obras no muy acertadas por su inquietante fealdad de Louis Finson ("Los cuatro elementos" y "Magdalena en éxtasis"). El final de la exposición era el cuadro "Martirio de Santa Úrsula" de Caravaggio.
Comentario: Sabemos que muy pocos de los caravaggistas del norte de Europa conocieron a Caravaggio personalmente, lo que sí sabemos es que conocieron su obra en sus viajes a Italia y llevaron esas influencias al norte de Europa donde se desarrolló la pintura de los caravaggistas de Utrecht. En la exposición se puede apreciar esta influencia de Caravaggio en los pintores del norte pero también en los de Francia y de Italia (Benedetto, Giustiniani). Lo que sí habría hecho falta eran paneles explicativos que detallaran esas influencias.    
Lo mejor:"Los 12 caravaggios".
Puntuación: Notable.
Datos prácticos: Del 21 de junio al 18 de septiembre. "Caravaggio y los pintores del norte". Museo Thyssen. 12 euros la entrada (han cambiado los criterios y ahora es una entrada más cara, conjunta, para poder acceder tanto a la exposición como al resto del museo, igual que hacen en el Museo del Prado). Además, debo indicar el precio de la audio-guía sin la cual el visitante no se enterará de nada: 4 euros por exposición. Horario de M-D 10h-19h.

sábado, 4 de junio de 2016

El Bosco: la exposición del V centenario


En pocas palabras: Sin duda la gran apuesta del verano del Museo del Prado es esta exposición monográfica titulada "El Bosco: la exposición del V centenario" que se organiza con ocasión de los 500 años tras la muerte del artista cuya enigmática obra aún hoy produce una gran fascinación.
El hombre árbol, extracto del Jardín de las Delicias
El hombre árbol
Organizadores: Museo del Prado, Fundación BBVA. Comisaria: Pilar Silva.

Descripción: La exposición se organiza por temas iconográficos dada la dificultad que supone presentar una cronología de la obra del artista, ya que aún hoy es discutida entre los estudiosos. La muestra no se presenta siguiendo el esquema tradicional de salas sino que se trata más bien de siete espacios más o menos definidos. El primer espacio se titula "El Bosco y 's-Hertogenbosh". Esta sección nos sitúa en el ducado de Brabante en el que trasncurrió la vida del artista (con algunas obras de contemporáneos como "El juicio final" de Hameel procedente del  Museo Albertina de Viena en el que se aprecia la influencia de la iconografía bosquiana. El tesoro de esta primera sala es la presencia del que a fecha de hoy se considera el posible único retrato del artista: un exquisito grabado a buril fechado hacia 1565. La siguiente sección se titula "Infancia y vida pública de Cristo" y en él nos encontramos con obras adscritas a un programa iconográfico centrado en figuras del Antiguo Testamento (A.T.) lo que ilustra la preferencia de El Bosco por representar temas del A.T. como prefiguración del Nuevo Testamento. En esta sala podemos apreciar la famosa tabla de "La Adoración de los Magos" (una de las raras obras en las que El Bosco utiliza pan de oro), el primero de los trípticos de la exposición, "El Tríptico de la Adoración de los Magos"  y algunos bocetos de tinta parda a pluma de unas tentaciones de San Antonio así como de monstruos y jinetes. El tercer espacio, titulado "Los santos", comienza con el "Tríptico de santa Wilgefortis" (la famosa santa barbuda venerada en los Países Bajos) y, entre otras obras, cuenta también con el "Tríptico de las tentaciones de san Antonio Abad"  y el interesante óleo "San Juan Bautista en meditación" que pertenece a la colección de la Fundación Lázaro-Galdiano y en la que la planta mandrágora oculta la figura de un personaje orante (probablemente el comitente de la obra que la encargó) que fue eliminado por el artista tras haberlo pintado. La cuarta sección se titula "Del paraíso al infierno". En ella podemos apreciar las famosas visiones del Infierno como en el "Tríptico del carro de heno", junto con diversos -y todos ellos exquisitos- dibujos realizados en tinta parda agrisada a pluma y que representan elementos de la obra de El Bosco (algunos no realizados por el artista sino por colaboradores de su taller). Esta sección culmina con las "Visiones del Más Allá" de Venecia y el "Tríptico del Juicio Final" procedente de Brujas. La quinta sección consiste una gran sala diáfana titulada "El jardín de las delicias" en la que el Prado nos ofrece de nuevo su ya conocido "Tríptico del Jardin de las Delicias", obra icónica de la historia del arte universal, en general, y obra estrella de la colección permanente del Prado, en particular. Acompañando esta obra ya conocida por el público madrileño, dos tesoros: (i) un dibujo del artista a tinta parda con pluma del "hombre árbol" que aparece en la tabla del Jardín de las Delicias, dibujo que procede del Albertina de Viena; y (ii) la representación de la radiografía y reflectografía infrarroja realizadas al tríptico. La sexta sección, "El mundo y el hombre. pecados capitales y obras profanas", nos muestra la también famosa "Mesa de los Pecados Capitales" (perteneciente al Prado) y diversas obras de seguidores probables de El Bosco como "El concierto en el huevo" o "La batalla entre Carnaval y Cuaresma"  pero también otras obas como "La extracción de la piedra de la locura" (también del Prado). Esta gran sala finaliza con el "Tríptico del camino de la vida" que reúne con carácter expecional los diversos fragmentos conocidos de este trítpico desmantelado y trae obras de procedencia muy variada (Róterdam, París, New Haven y Washington): un rincón único de la exposición. Finalmente, la séptima y última sección, "La pasión de Cisto", incluye el "Ecce Homo" de El Bosco y sus "Cristos camino del calvario".
Lo mejor: La posibilidad (si no hay mucha gente) de ver los trípticos de El Bosco no como obras distantes, sino como obras cercanas por su disposición sobre unos pedestales que están a la altura del visitante, que se pueden rodear y que permiten apreciar también sus reversos.
Comentario: Resulta difícil comentar una exposición de estas características pues tiene la huella de la popularidad impresa en su ingente propaganda, que inunda los medios de comunicación y la ciudad de Madrid. Además, para alguien que ya vive en Madrid o ha visitado la ciudad con anterioridad y conoce las obras de El Bosco que forman parte de la colección permanente del Museo del Prado, o ha visto también las muestras procedentes del Escorial o la Fundación Lázaro Galdiano ¿cuál es el interés real de gastarse otra vez el precio de una entrada (esta vez, con el aumentado precio de 16€) para ver obras que ya se han visto? Pues bien, la verdad es que sí merece la pena hacer el esfuerzo (de precio y de tiempo de espera en las colas) por la ocasión irrepetible que supone apreciar las obras junto con sus hermanas; poder rodear los trípticos y ver sus anversos y sus reversos; imaginar cómo quedaría cerrado y cómo es abierto; y, por supuesto, por la posibilidad de apreciar los dibujos (muy numerosos y todos ellos de exquisita factura) del artista.
 Por otra parte, se aprecia el esfuerzo del Museo en cuanto a la logística de la exposición. Los pedestales sobre los que se han dispuesto las obras están a la altura de los visitantes, lo que como se menciona arriba reduce la distancia entre la obra y su espectador. Además, con el objetivo de no crear aglomeraciones, se ofrece al visitante de forma gratuita un pequeño folleto en el que aparecen numeradas todas las obras del recorrido y se presenta la información básica para poder apreciarlas. Esto evita que haya mucha gente leyendo paneles a lo largo del recorrido ya que cada uno puede ir leyendo del folleto lo que más le interese. A nivel de contenidos, el folleto ofrece información básica sobre la iconografía de la obra de El Bosco para poder identificar en cada momento lo que estamos viendo.
Con todo, la popularidad que rodea la exposición, probablemente debida a la fascinación que aún hoy genera la obra de El Bosco, hace que resulte difícil moverse con libertad entre las salas debido a la gran afluencia de visitantes. Pero esto no le quita placer a la visita, pues la obra del artista es suficiente para hacernos olvidar estos pequeños inconvenientes.
Puntuación: Sobresaliente.
Datos prácticos: Conviene verla de lunes a jueves, pues la afluencia que hay los fines de semana hacen muy dificultosa la visita (no solo por las dificultades de conseguir entrada, de que esta entrada sea a la hora que más nos convenga, etc; sino también por la dificultad que supone poder acercarse bien a las obras y apreciarlas como se merecen). Los precios han subido: la entrada general ahora cuesta la escandalosa cantidad de 16€. "El Bosco: la exposición del V centenario", del 31 de mayo al 11 de septiembre 2016, Salas A y B de la Planta Baja, Edificio Jerónimos. Horario de la exposición (ampliado respecto al del Museo): L-J 10-20h, V-S 10-22h, D-F 10h-21h.