En pocas palabras: Esta exposición es una muestra muy sabrosa que pone de relieve la figura de una artista poco conocida llamada Clara Peeters: la primera mujer pintora a la que el Museo del Prado dedica una exposición monográfica ¡en 200 años! A los habituales del Museo del Prado nos sonaba su nombre, porque algunos de sus cuadros estaban expuestos en la colección permanente (desafortunadamente, a tanta altura que era imposible apreciarlos bien) pero desconocíamos a la pintora y esta exposición es todo un acierto al darle mayor visibilidad además de ofrecer al visitante la posibilidad de apreciar sus obras junto con otras de procedencia diversa.
Organizadores: Museo del Prado en coordinación con el Museo de Bellas Artes de Amberes. Comisario Alejandro Vergara.
Descripción: La exposición incluye 15 de los 40 cuadros conocidos y/o atribuidos a la pintora Clara Peeters, originaria de Amberes. Aunque de ella se conocen pocos datos, se sabe que nació alrededor de 1588-90 y parece que desarrolló su actividad pictórica entre 1607 y 1621. La muestra está compuesta por un recorrido sencillo integrado en una única sala en la que se exponen los 15 bodegones que se han podido reunir de la artista y que estaban diseminados en distintos países y colecciones, oficiales y particulares. Comenzamos con espléndidos bodegones como el Bodegón con quesos, almendras y panecillos donde podemos empezar a familiarizarnos con algunos elementos recurrentes de su iconografía como, por ejemplo: el cuchillo de plata en primer plano en cuyo mango la pintora ha escrito su nombre; el plato en azul ultramar de porcelana china de kraak con las lascas de mantequilla; y, como no, su mayor seña de identidad, un autorretrato en miniatura en el reflejo de la tapa de la jarra. Esto es quizás lo más fascinante de la pintura de Clara Peeters: al representarse a sí misma como artista en sus bodegones, está afirmando su posición de mujer y pintora en una sociedad en la que la pintura estaba casi siempre dominada por los hombres. Le siguen otros cuadros igual de fascinantes como Bodegón con dulces, granada, copa dorada y porcelana, procedente de una colección particular, del que destaca la exquisita copa dorada cuyo motivo se repite en varios de sus cuadros y que se atribuye al hecho de que probablemente le pertenecía a la artista y que ella reutilizaba el motivo, siempre en diversas posiciones, en sus cuadros. También destaca en este cuadro el dulce en forma de P, P de Peeters, obviamente, que funciona como otra reivindicación de su condición de autora del cuadro. En otro de estos bodegones, Bodegón con flores, copas doradas, monedas y conchas, aparecen hasta seis autorretratos en los reflejos de la copa dorada. La exposición incluye, a modo ilustrativo, un cuadro titulado "Alegoría del gusto" pintado por Rubens y Brueghel el Viejo. Y si se quiere aprovechar un poco más el precio de la entrada -que es obligatoriamente conjunta para la exposición y para la colección permanente-, se puede volver a visitar las salas en las que están expuestos otros bodegones ya que muchos de ellos son coetáneos de los de Clara Peeters (en la primera planta, hay una salita dedicada a bodegones pero en general se pueden apreciar por toda la colección permanente del Museo).
Lo mejor: El bodegón Mesa con mantel, salero, taza dorada, pastel, jarra, plato de porcelana con aceitunas y aves asadas en el que diseño de la empanada contrasta con la retícula del cuadro aportando belleza y elegancia a la composición. Pertenece a la colección del Prado pero ahora se puede apreciar mejor al estar situado a la altura de la vista.
Comentario: Resulta todo un acierto que el Museo del Prado haya decidido, por fin y en colaboración con el Museo de Bellas Artes de Amberes, darle visibilidad a esta mujer artista que sin duda merece todos los elogios. Entre sus logros - además del que hemos mencionado sobre su capacidad de reivindicar su condición de mujer artista en autorretratos en miniatura incluidos dentro de su obra- se encuentra el haber sido la autora del primer bodegón conocido que incluye la figura de un pescado, alimento muy popular en el siglo XVII (Bodegón con pescados, vela, alcachofas, cangrejos y gambas). Además, aunque se sepa poco de ella, resulta notable que el Museo se haya esforzado en hacer una investigación sobre su figura, un estudio sobre ella y sobre lo que se sabe y lo que no quedando como conclusión de este trabajo no sólo la exposición sino también su catálogo y las diferentes conferencias que le van a dedicar con ocasión de la exposición. Un pequeño gran trabajo que la artista se merecía para no ser olvidada y no pasar desapercibida en las próximas visitas que se hagan a la colección permanente del Prado.
Finalmente no quiero dejar de mencionar que Clara Peeters no es la única mujer artista cuyas obras posee el Museo del Prado. En este sentido, sería deseable que el Prado viera esta exposición dedicada a una mujer artista como un primer paso y que se decidiera a desenpolvar y restaurar los otros cuadros de mujeres artistas que guarda en sus sótanos y que no han sido expuestos al público en siglos. Desde hace varios años, se está haciendo un esfuerzo por darle visibilidad a las mujeres artistas con exposiciones diversas en museos y fundaciones; y el Prado como primera pinacoteca de España no debería quedarse atrás. Celebremos pues que en este caso se haya decidido a dar el primer paso, y deseemos que se trata del primero de muchos más.
Puntuación: Sobresaliente.
Datos prácticos: El arte de Clara Peeters, Museo del Prado, del 25/10/2016 al 19/02/2017. Horario L-S 10h-20h, D-F 10h-19h. Lamentablemente, la entrada es algo cara porque tiene que ser conjunta para la colección permanente y la temporal, 15 euros.
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