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domingo, 6 de diciembre de 2015

INGRES

En pocas palabras: Como se dice en inglés: Outstanding experience! Excepcional recorrido por la obra de Ingres que recoge, para disfrute de sus espectadores más fans, las mejores de sus obras y retratos. Una gran exposición a no perderse.
Descripción: La exposición se divide en 10 salas organizadas según un criterio cronológico, lo que permite seguir la obra de Ingres a la vez que los viajes que hizo a lo largo de su vida; esto permite apreciar mejor la influencia que dichos viajes tuvieron en su obra: todo un acierto. Comenzamos con la sala 1, "Un artista, múltiple formaciones" donde apreciamos el punto de partida de su trayectoria artística: el cuadro Aquiles recibe a los discípulos de Agamenón con el que gana el Grand Prix de Rome en 1801 que le permite marcharse a Italia con una beca. Se incluyen también sus dibujos preparatorios que nos recuerdan la maestría de Ingres en el manejo del dibujo, ya sea a lápiz o grafito. En la siguiente, sala 2, "Retratos íntimos, primeros retratos oficiales" nos deslumba la elegancia del chal de cachemira y los adornos que brillan sobre el sofá color azul del retrato de Madame Rivière. Algo que resulta difícil porque en esa misma sala están los impresionantes retratos de Bonaparte, cónsul y Napoléon I en su trono imperial con la espada de Carlomagno. Uno no sabe dónde mirar entre tanta belleza, porque en esas salas se incluyen también los retratos de Ingres a sus amigos como Paganini con su violín (sala 2), Auguste François Talma (sala 1) y la llamada belle Zélie (sala 2). En la sala 3, "Roma y los mitos", nos encontramos como el majestuoso Edipo y la Esfinge. En la sala 4, "Desafío clásico" descansamos un poco de tanta emoción con obras de menor empaque si bien son obras inspiradas por la obra de los clásicos como Virgilio lee la Eneida ante Augusto, Octavia y Lavia. La sala 5 está dividida en dos paredes. En una, procedentes del Museo de Ingres de Montauban, nos encontramos con la relación entre Ingres y el XIV duque de Alba en obras como "Felipe V entregando la Toisond'Or al Duque de Berwick". Destaca también el delicioso "Paolo y Francesca" inspirado en un episodio de la Divina Comedia de Dante. En la otra pared, obras llamadas troubadour (pequeñas pinturas realizadas tras la caída del Imperio con un contenido emocional que recoge episodios anecdóticos de la historia). Ejemplo de esta sala: Rafael y la fornarina (panadera). La emoción vuelve con fuerza en la sala 6 que nos vuelve a deslumbrar con las "Mujeres cautivas" donde aparecen, por supuesto, La Gran Odalisca, con una versión en grisalla posterior a la factura de la primera y que el pintor hizo para su mujer, y Ruggiero liberando a Angelica con su versión rectangular del Museo del Louvre, los trabajos preparatorios de y la versión en formato ovalado del Museo de Montauban. En la sala 7, "Nuevos retratos", aparece el increíble retrato de Mr. Bertin de gran realismo y donde el pintor ha conseguido captar todos los matices de la psicología de este editor burgués de su época. La sala 8, "Pintura religiosa" incluye obras como Juana de Arco en la coronación de Charles VII, Jesús entre los Doctores (donde se aprecia cómo en la figura de Jesús convergen todos los puntos de fuga del cuadro) y La Virgen María adorando a la Sagrada Forma. Finalmente, las dos últimas salas, las salas 9 y 10, para terminar con un buen (y muy buen) sabor de boca nos ofrecen una experiencia única. Primero, la de apreciar la suntuosa desnudez de El baño turco en formato oval y con sus estudios preparatorios; y finalmente, la de contemplar los dos retratos de Madame  Moitesier, el que procede de la National Gallery de Londres y el de la Washington National Gallery, juntos. Finalmente, termina la exposición con el retrato de la Condesa de Haussonville procedente de la Frick Collection de Nueva York y un autorretrato del pintor a los 78 años.
Lo mejor: Una y otra vez La Gran Odalisca.
Comentario: No todos los días se tiene la oportunidad de ver en una misma exposición la obra de Ingres toda junta. Confieso que desde que el Museo del Prado hizo público que le dedicaría una exposición, lo tenía apuntado en mi agenda como un must de este invierno. Sabía que no me decepcionaría y así ha sido. Una experiencia inolvidable. No solo están sus mejores y más famosos cuadros, como La Gran Odalisca, Ruggiero libera a Angélica y El baño turco, sino que también están sus mejores retratos como los que dedica a Madame Rivière, Napoléon y Louis-François Bertin. Pero es que, además, esta exposición ofrece la oportunidad de apreciar retratos menos conocidos y que son exquisitos en la obra del pintor como el de la joven Condesa de Haussonville procedente de la Frick Collection de Nueva York. La disposición de las obras por orden cronológico también resulta un acierto, ya que la heterogeneidad de su obra hubiera hecho difícil su organización de cualquier otro modo. De hecho, para un historiador del arte, lo mejor siempre será la presentación de las obras de forma cronológica, algo que desgraciadamente no sucede a menudo. Aquí, realmente, se agradece y es un acierto. Se aprecia igualmente el esfuerzo del Prado por reunir obras de diversos sitios como el Museo del Louvre y el de Orsay, el Museo Ingres de Montauban, el Museo de Bellas Artes de Bruselas o las obras de la última sala qeu proceden de los Estados Unidos. Si tuviera que decir algo negativo, que siempre conviene ser sinceros en este punto, sería que el deleite es tan grande que uno se quedaría ahí durante horas, y es una pena que no haya asientos donde sentarse. Mucha gente se sentaba al terminar la exposición en el pasillo principal del Museo del Prado, exhaustos pero felices y con una sensación de bienestar producido seguramente por el disfrute de esta exquisita muestra.
Puntuación: Matrícula de Honor.
Datos prácticos:"Ingres", Museo Nacional del Prado, del 24 de noviembre 2015 al 27 de marzo 2016. Entrada 14 Euros (permite ver el resto del museo y otras exposiciones temporales). Horario L-S 10h-20h, D y Festivos 10h-19h. La audioguía cuesta 3.50 Euros pero aporta poco nuevo, si se leen los paneles explicativos de la muestra es suficiente.

Arte transparente: la talla del cristal en el Renacimiento milanés

Vaso con la historia de Noé
En pocas palabras: Una sala de la primera planta del Museo del Prado alberga hasta enero 2016 una selección de 27 piezas de cristal de roca tallado datadas a mediados del siglo XVI. La mayoría proceden de los fondos del Museo del Prado (de hecho, 14 piezas son parte del llamado Tesoro del Delfín que heredó Felipe V de Borbón) pero también hay algunas piezas interesantes que vienen de la colección de los Médicis (Museo degli Argenti de Florencia). 
Descripción: La muestra se divide en seis paneles. En el primer panel, "Arte transparente", se nos muestra una pieza de cuarzo hialino sin tallar cuyo objetivo es meramente didáctido en la medida en que sirve para que el público asimile la dificultad de la talla. El segundo panel, "Los vasos y sus tipos", se centra en cómo se realizaba la talla del cristal de roca. El panel describe las fases de la talla en los talleres familiares donde los cristallari se encargaban de la talla en hueco (arte grossa) y los intagliatori de la talla de las escenas (arte subtile) tanto en hueco como en relieve. La vitrina correspondiente a este panel exhibe piezas que representan animales fantásticos, relacionados con el mundo celestial y mágico desde la Edad Media. El tercer panel, "Una valoración extraordinaria", incluye diversas piezas con relieves inspirados en las Metamorfosis de Ovidio como la Fuente con la historia de Hermafrodito y camafeos de los Doce Césares del Taller de los Sarachi, hecha con cristal de roca, plata dorada, oro esmaltado, perlas y lapislázuli. El cuarto panel, "La mesa del Príncipe", sigue en la misma línea mostrando objetos procedentes de la colección de los Médicis como la elegantísima Columna triunfal de Tortorino, uno de los pocos artistas individuales conocidos. El quinto panel, "La familia Miseroni en su taller", se detiene en una familia, los Miseroni, cuyos miembros trabajaron durante varias generaciones en los talleres de Milán en la segunda mitad del siglo XVI. Del trabajo de los Miseroni destaca el Vaso con forma de dragón. Finalmente, el sexto panel, "Los artistas", hace hincapié en los artistas individuales que han trascendido en este campo como por ejemplo Tortorino, Annibale Fontana y la familia Sarachi. Destacan el Vaso con escenas del Génesis y Éxodo, el Vaso con la historia de Susana y Judit y la Copa de las cuatro estaciones del taller Sarachi. Tres piezas realmente exquisitas.

Columna triunfal

Fuente con la historia del Hermafrodito

 
Lo mejor:  Resulta difícil elegir una única pieza pues todas cuentan con un increíble trabajo de talla y son de una elegancia y refinamiento dignos de admiración. De modo que no elegiré una única pieza, me quedaré con la posibilidad de apreciar conjuntamente el Vaso con la historia de Noé, realizado en Milán y conservado en el Museo del Louvre, hecho de cristal de roca, oro esmaltado y rubíes, junto con un cuadro pintado por Blaise-Alexandre Desgoffe, pintado en el siglo XIX y también procedente del Museo del Louvre. 

Comentario:  La exposición es una buena ocasión para quienes desconocen el trabajo de la talla de cristal de roca porque así tienen la oportunidad de adquirir conocimientos básicos sobre su talla y también histórico-artísticos sobre piezas que destacaron en este campo. Quizás el aspecto más negativo sea que la disposición de las piezas resulta desordenada en la sala. Los paneles tienen números y siguen un orden, sí, y las explicaciones que incluyen son suficientes para adquirir o repasar los conocimientos que permiten el disfrute de la muestra, pero las piezas no están colocadas siguiendo un orden claro. Eso sí, han colocado las mejores piezas en vitrinas que permitían al espectador rodearlas y así admirar todo su contenido iconográfico, cosa que hay que agradecer, sobre todo porque permite admirar todo el programa iconográfico de piezas increíbles como la Columna triunfal o el Vaso con la historia de Susana y Judit (donde cada una de estas historias está en un lado diferente del vaso), por citar solo dos ejemplos. La exposición tiene además la particularidad de mostrar piezas exquisitas, todas ellas seleccionadas por su belleza, además de por la calidad de su talla o la inclusión de un programa iconográfico. El Museo ofrece al visitante la posiblidad de adquirir, sin coste, una tablet para desarrollar el contenido de cada pieza. 
Puntuación: Sobresaliente. 
Datos prácticos: "Arte transparente: la talla del cristal en el Renacimiento milanés", del 14 de octubre 2015 al 10 de enero 2016. Entrada 14 Euros para todo el Museo (incluye la posibilidad de visitar otras exposiciones y el Museo). Horario: L-S 10h-20h, D-Festivos 10h-19h.