En pocas palabras: Esta exposición es una muestra muy sabrosa que pone de relieve la figura de una artista poco conocida llamada Clara Peeters: la primera mujer pintora a la que el Museo del Prado dedica una exposición monográfica ¡en 200 años! A los habituales del Museo del Prado nos sonaba su nombre, porque algunos de sus cuadros estaban expuestos en la colección permanente (desafortunadamente, a tanta altura que era imposible apreciarlos bien) pero desconocíamos a la pintora y esta exposición es todo un acierto al darle mayor visibilidad además de ofrecer al visitante la posibilidad de apreciar sus obras junto con otras de procedencia diversa.
Organizadores: Museo del Prado en coordinación con el Museo de Bellas Artes de Amberes. Comisario Alejandro Vergara.
Descripción: La exposición incluye 15 de los 40 cuadros conocidos y/o atribuidos a la pintora Clara Peeters, originaria de Amberes. Aunque de ella se conocen pocos datos, se sabe que nació alrededor de 1588-90 y parece que desarrolló su actividad pictórica entre 1607 y 1621. La muestra está compuesta por un recorrido sencillo integrado en una única sala en la que se exponen los 15 bodegones que se han podido reunir de la artista y que estaban diseminados en distintos países y colecciones, oficiales y particulares. Comenzamos con espléndidos bodegones como el Bodegón con quesos, almendras y panecillos donde podemos empezar a familiarizarnos con algunos elementos recurrentes de su iconografía como, por ejemplo: el cuchillo de plata en primer plano en cuyo mango la pintora ha escrito su nombre; el plato en azul ultramar de porcelana china de kraak con las lascas de mantequilla; y, como no, su mayor seña de identidad, un autorretrato en miniatura en el reflejo de la tapa de la jarra. Esto es quizás lo más fascinante de la pintura de Clara Peeters: al representarse a sí misma como artista en sus bodegones, está afirmando su posición de mujer y pintora en una sociedad en la que la pintura estaba casi siempre dominada por los hombres. Le siguen otros cuadros igual de fascinantes como Bodegón con dulces, granada, copa dorada y porcelana, procedente de una colección particular, del que destaca la exquisita copa dorada cuyo motivo se repite en varios de sus cuadros y que se atribuye al hecho de que probablemente le pertenecía a la artista y que ella reutilizaba el motivo, siempre en diversas posiciones, en sus cuadros. También destaca en este cuadro el dulce en forma de P, P de Peeters, obviamente, que funciona como otra reivindicación de su condición de autora del cuadro. En otro de estos bodegones, Bodegón con flores, copas doradas, monedas y conchas, aparecen hasta seis autorretratos en los reflejos de la copa dorada. La exposición incluye, a modo ilustrativo, un cuadro titulado "Alegoría del gusto" pintado por Rubens y Brueghel el Viejo. Y si se quiere aprovechar un poco más el precio de la entrada -que es obligatoriamente conjunta para la exposición y para la colección permanente-, se puede volver a visitar las salas en las que están expuestos otros bodegones ya que muchos de ellos son coetáneos de los de Clara Peeters (en la primera planta, hay una salita dedicada a bodegones pero en general se pueden apreciar por toda la colección permanente del Museo).
Lo mejor: El bodegón Mesa con mantel, salero, taza dorada, pastel, jarra, plato de porcelana con aceitunas y aves asadas en el que diseño de la empanada contrasta con la retícula del cuadro aportando belleza y elegancia a la composición. Pertenece a la colección del Prado pero ahora se puede apreciar mejor al estar situado a la altura de la vista.
Comentario: Resulta todo un acierto que el Museo del Prado haya decidido, por fin y en colaboración con el Museo de Bellas Artes de Amberes, darle visibilidad a esta mujer artista que sin duda merece todos los elogios. Entre sus logros - además del que hemos mencionado sobre su capacidad de reivindicar su condición de mujer artista en autorretratos en miniatura incluidos dentro de su obra- se encuentra el haber sido la autora del primer bodegón conocido que incluye la figura de un pescado, alimento muy popular en el siglo XVII (Bodegón con pescados, vela, alcachofas, cangrejos y gambas). Además, aunque se sepa poco de ella, resulta notable que el Museo se haya esforzado en hacer una investigación sobre su figura, un estudio sobre ella y sobre lo que se sabe y lo que no quedando como conclusión de este trabajo no sólo la exposición sino también su catálogo y las diferentes conferencias que le van a dedicar con ocasión de la exposición. Un pequeño gran trabajo que la artista se merecía para no ser olvidada y no pasar desapercibida en las próximas visitas que se hagan a la colección permanente del Prado.
Finalmente no quiero dejar de mencionar que Clara Peeters no es la única mujer artista cuyas obras posee el Museo del Prado. En este sentido, sería deseable que el Prado viera esta exposición dedicada a una mujer artista como un primer paso y que se decidiera a desenpolvar y restaurar los otros cuadros de mujeres artistas que guarda en sus sótanos y que no han sido expuestos al público en siglos. Desde hace varios años, se está haciendo un esfuerzo por darle visibilidad a las mujeres artistas con exposiciones diversas en museos y fundaciones; y el Prado como primera pinacoteca de España no debería quedarse atrás. Celebremos pues que en este caso se haya decidido a dar el primer paso, y deseemos que se trata del primero de muchos más.
Puntuación: Sobresaliente.
Datos prácticos: El arte de Clara Peeters, Museo del Prado, del 25/10/2016 al 19/02/2017. Horario L-S 10h-20h, D-F 10h-19h. Lamentablemente, la entrada es algo cara porque tiene que ser conjunta para la colección permanente y la temporal, 15 euros.
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domingo, 30 de octubre de 2016
domingo, 23 de octubre de 2016
Los Fauves: la pasión por el color
En pocas palabras: La como siempre excelente Fundación Mapfre nos regala la vista con esta espléndida exposición sobre el fauvismo. ¿Qué mejor plan para estos días de lluvia que adentrarnos en un mundo de color, de expresión de emociones, de placer visual en todos los sentidos?
Organizadores: Fundación Mapfre, comisariada por Maria Teresa Ocaña.
Descripción: Comenzamos el recorrido, como siempre, con una joyita titulada "Les oeufs rouges" de Henri Manguin (1903) cuyo rojo espectacular se me ha quedado grabado en la retina. La exposición está ordenada cronológicamente, un acierto para un movimiento tan singular como el fauvismo. La sala primera se titula "El fauvismo antes del fauvismo" y nos muestra obras de Matisse, Jean Puy, y Manguin cuando estaban en el taller de Moreau. Continuamos con la sala "Los fauves se retratan" que incluye interesantísimos retratos cruzados: de Derain por Matisse y de Matisse por Derain, por ejemplo. La siguiente sala se titula "Acróbatas de la luz" e incluye diversas obrras como las acuarelas de Matisse realizadas en Colliure (c. 1905) y las de Dufy como "Les Martigues" (1903). También se exponen cuadros que llevan la huella del divisionismo de Signac como "Figure à l'ombrelle" de Matisse (1905). La última parte de la primera sala es de una sensibilidad y exquisitez absolutas con una selección de desnudos femeninos: "Jeanne en chemise" de Manguin (1905) con un juego de líneas horizontales y diagonales, y su homólogo en tinta chica sobre papel. Una vez en la segunda planta, primero contemplanos obras de Charles Camoin como "La fille endormie" (1905) y la "Flânerie sous les pins" de Jean Puy (1906), para pasar a la sala "La fiereza del color" que abre pisando fuerte con el famoso "Big Ben" de Londres pintado por Derain. Pero no se queda ahí: desfilan ante nuestros ojos obras como "Les voiles rouges" (1906) de Derain, con violentos contrastes de color. De esta sala me gustaría destacar unas obras espectaculares de Marquet, los sublimes "Quai Saint Michel sous la neige" (1908-09) con una nube de humo de ferrocaril que envuelve la escena de bruma y restringe la paleta a blancos, pardos y grises. Contrastan con ello, las obras de Vlaminck, de violenta intesidad con sus vistas del Sena como "La vallée de la Seine à Carrière" (1906). En la siguiente sala circular se presentan acuarelas de Dufy, Rouault, Frisz, y tintas chinas de Marquet. Pasamos a una gran sala que nos permite apreciar de forma contrastada tres artistas: Frisz, Dufy y Braque. De Frisz, aprendemos sobre su preocupación por el modelado, la modulación de los tonos y la utilización de una paleta saturada de colores cambiantes mientras contemplamos "Le port d'Anvers" (1906), entre otras. Además, la sala muestra su evolución hacia formas más sinuosas como "Paysage de La Ciotat". De Dufy, apreciamos la forma tan personal que tiene de distribuir el espacio en planos estructuados por arabescos que se entrecruzan en composiciones ricas como "Jeanne dans les fleurs" (1907). Y de Braque, podemos apreciar la forma de construir el espacio a través del color como en "L'Estaque" (1906). Terminamos el recorrido con "Los senderos se bifurcan". Cézanne muere en 1906 y los artistas vuelven al orden, a la estructura, al rechazo del color en pos del dibujo y la forma, en homenaje al gran maestro. En esta sala, podemos contemplar la evolución artística de los fauvistas a partir de 1906. Los desnudos de Matisse, Manguin y Braque, unos junto a otros para poder compararlos; destacan las "baigneuses" de Derain y Frisz (que recrea la Arcadia idílica por influencia de Cézanne). Dentro de esta sala, se abre un anexo con jarrones de cerámica fauvista (vases fauves) espectaculares como los de Derain, Matisse, Vlaminck que todos ellos crearon a iniciativa de Vollard. Continuamos con obras muy interesantes como el retrato de "Marguerite" hecho por Matisse de su hija y que Picasso le pidió a éste porque le gustaba mucho. Terminamos la exposición con "Femme nue blonde" de van Dongen y cuadros que prefiguran el cubismo como"Usine à l'Estaque" de Dufy con sus figuras geométricas.
Lo mejor: Todo, absolutamente todo, pero voy a citar a dos solo para que os fijéis en ellos porque son sublimes: "Les oeufs rouges" de Manguin y "Quai Saint Michel sous la neige" de Marquet.
Comentario: Todo perfecto y más que perfecto, excelente, como siempre. En manos de cualquier otro museo o fundación la exposición habría acabado titulándose "Matisse y sus amigos" o algo por el estilo. Afortunadamente para nosotros, la Fundación Mapfre sabe perfectamente lo que hace y, además, lo hace muy bien. Aquí nos muestran una gran y variada selección de artistas auténticamente fauvistas (pues algunos autores no consideran a Matisse como un verdadero fauvista). En la muestra, se nos deleita con la pintura de Matisse, sí, pero también y sobre todo de Derain y Vlaminck. También se incluyen piezas absolutamente deliciosas de Camoin, Manguin, Frisz, Dufy, Braque, etc. Muchas (muchísimas) de estas obras se han rescatado de colecciones particulares, por lo que la exposición es la ocasión única e irrepetible de poder apreciarlas en su conjunto, compararlas y verlas al fin reunidas. Por ejemplo, la exposición permite comparar la intesidad del color, el caos y el desorden de "L'Estacada du Casino à Sainte Adresse" de Dufy (1906) procedente del Museo de Arte de Milwaukee con la estabilidad compositiva de "La jetée de Sainte Adresse" de Marquet (1906) de una colección particular. La muestra es completa, da una visión de lo que supuso el fauvismo en la historia del arte, de la importancia y brevedad que tuvo este movimiento, de los componentes que lo formaron y de cómo se conocieron, del tiempo y lugar que compartieron y en el que desarrollaron sus obras, de sus continuos contactos. La perspectiva cronológica con que se ha organizado la exposición también resulta todo un acierto. Finalmente, han vuelto a añadir paneles explicativos lo que es de agradecer pues tienen muchas cosas interesantes que contar y creo que es por eso que la Fundación Mapfre siempre destacará del resto.
Puntuación: Matrícula de honor.
Datos prácticos: "Los Fauves: la pasión por el color". Del 22 de octubre 2016 al 29 de enero 2017. L 14h-20h. M-D 10h-20h. D-F 11h-19h. Precio 3 Euros.
NOTA: Los sábados por la mañana, a primera hora, la visita se puede ver interrumpida por la visita guiada para niños y esto rompe el silencio y resulta bastante molesto. Añadir también que desafortunadamente para los amantes de los buenos libros de arte, la magnífica librería de la Fundación se ha cerrado y ahora se ha convertido en un expositorio de productos de marketing (han retirado casi todos los fondos bibliográficos que solían tener). Así que ahora habrá que ir a la Librería Central del Museo Reina Sofía a comprar esas joyitas que antes encontrábamos con facilidad en el Paseo de Recoletos. Una lástima...
Organizadores: Fundación Mapfre, comisariada por Maria Teresa Ocaña.
Descripción: Comenzamos el recorrido, como siempre, con una joyita titulada "Les oeufs rouges" de Henri Manguin (1903) cuyo rojo espectacular se me ha quedado grabado en la retina. La exposición está ordenada cronológicamente, un acierto para un movimiento tan singular como el fauvismo. La sala primera se titula "El fauvismo antes del fauvismo" y nos muestra obras de Matisse, Jean Puy, y Manguin cuando estaban en el taller de Moreau. Continuamos con la sala "Los fauves se retratan" que incluye interesantísimos retratos cruzados: de Derain por Matisse y de Matisse por Derain, por ejemplo. La siguiente sala se titula "Acróbatas de la luz" e incluye diversas obrras como las acuarelas de Matisse realizadas en Colliure (c. 1905) y las de Dufy como "Les Martigues" (1903). También se exponen cuadros que llevan la huella del divisionismo de Signac como "Figure à l'ombrelle" de Matisse (1905). La última parte de la primera sala es de una sensibilidad y exquisitez absolutas con una selección de desnudos femeninos: "Jeanne en chemise" de Manguin (1905) con un juego de líneas horizontales y diagonales, y su homólogo en tinta chica sobre papel. Una vez en la segunda planta, primero contemplanos obras de Charles Camoin como "La fille endormie" (1905) y la "Flânerie sous les pins" de Jean Puy (1906), para pasar a la sala "La fiereza del color" que abre pisando fuerte con el famoso "Big Ben" de Londres pintado por Derain. Pero no se queda ahí: desfilan ante nuestros ojos obras como "Les voiles rouges" (1906) de Derain, con violentos contrastes de color. De esta sala me gustaría destacar unas obras espectaculares de Marquet, los sublimes "Quai Saint Michel sous la neige" (1908-09) con una nube de humo de ferrocaril que envuelve la escena de bruma y restringe la paleta a blancos, pardos y grises. Contrastan con ello, las obras de Vlaminck, de violenta intesidad con sus vistas del Sena como "La vallée de la Seine à Carrière" (1906). En la siguiente sala circular se presentan acuarelas de Dufy, Rouault, Frisz, y tintas chinas de Marquet. Pasamos a una gran sala que nos permite apreciar de forma contrastada tres artistas: Frisz, Dufy y Braque. De Frisz, aprendemos sobre su preocupación por el modelado, la modulación de los tonos y la utilización de una paleta saturada de colores cambiantes mientras contemplamos "Le port d'Anvers" (1906), entre otras. Además, la sala muestra su evolución hacia formas más sinuosas como "Paysage de La Ciotat". De Dufy, apreciamos la forma tan personal que tiene de distribuir el espacio en planos estructuados por arabescos que se entrecruzan en composiciones ricas como "Jeanne dans les fleurs" (1907). Y de Braque, podemos apreciar la forma de construir el espacio a través del color como en "L'Estaque" (1906). Terminamos el recorrido con "Los senderos se bifurcan". Cézanne muere en 1906 y los artistas vuelven al orden, a la estructura, al rechazo del color en pos del dibujo y la forma, en homenaje al gran maestro. En esta sala, podemos contemplar la evolución artística de los fauvistas a partir de 1906. Los desnudos de Matisse, Manguin y Braque, unos junto a otros para poder compararlos; destacan las "baigneuses" de Derain y Frisz (que recrea la Arcadia idílica por influencia de Cézanne). Dentro de esta sala, se abre un anexo con jarrones de cerámica fauvista (vases fauves) espectaculares como los de Derain, Matisse, Vlaminck que todos ellos crearon a iniciativa de Vollard. Continuamos con obras muy interesantes como el retrato de "Marguerite" hecho por Matisse de su hija y que Picasso le pidió a éste porque le gustaba mucho. Terminamos la exposición con "Femme nue blonde" de van Dongen y cuadros que prefiguran el cubismo como"Usine à l'Estaque" de Dufy con sus figuras geométricas.
Lo mejor: Todo, absolutamente todo, pero voy a citar a dos solo para que os fijéis en ellos porque son sublimes: "Les oeufs rouges" de Manguin y "Quai Saint Michel sous la neige" de Marquet.
Comentario: Todo perfecto y más que perfecto, excelente, como siempre. En manos de cualquier otro museo o fundación la exposición habría acabado titulándose "Matisse y sus amigos" o algo por el estilo. Afortunadamente para nosotros, la Fundación Mapfre sabe perfectamente lo que hace y, además, lo hace muy bien. Aquí nos muestran una gran y variada selección de artistas auténticamente fauvistas (pues algunos autores no consideran a Matisse como un verdadero fauvista). En la muestra, se nos deleita con la pintura de Matisse, sí, pero también y sobre todo de Derain y Vlaminck. También se incluyen piezas absolutamente deliciosas de Camoin, Manguin, Frisz, Dufy, Braque, etc. Muchas (muchísimas) de estas obras se han rescatado de colecciones particulares, por lo que la exposición es la ocasión única e irrepetible de poder apreciarlas en su conjunto, compararlas y verlas al fin reunidas. Por ejemplo, la exposición permite comparar la intesidad del color, el caos y el desorden de "L'Estacada du Casino à Sainte Adresse" de Dufy (1906) procedente del Museo de Arte de Milwaukee con la estabilidad compositiva de "La jetée de Sainte Adresse" de Marquet (1906) de una colección particular. La muestra es completa, da una visión de lo que supuso el fauvismo en la historia del arte, de la importancia y brevedad que tuvo este movimiento, de los componentes que lo formaron y de cómo se conocieron, del tiempo y lugar que compartieron y en el que desarrollaron sus obras, de sus continuos contactos. La perspectiva cronológica con que se ha organizado la exposición también resulta todo un acierto. Finalmente, han vuelto a añadir paneles explicativos lo que es de agradecer pues tienen muchas cosas interesantes que contar y creo que es por eso que la Fundación Mapfre siempre destacará del resto.
Puntuación: Matrícula de honor.
Datos prácticos: "Los Fauves: la pasión por el color". Del 22 de octubre 2016 al 29 de enero 2017. L 14h-20h. M-D 10h-20h. D-F 11h-19h. Precio 3 Euros.
NOTA: Los sábados por la mañana, a primera hora, la visita se puede ver interrumpida por la visita guiada para niños y esto rompe el silencio y resulta bastante molesto. Añadir también que desafortunadamente para los amantes de los buenos libros de arte, la magnífica librería de la Fundación se ha cerrado y ahora se ha convertido en un expositorio de productos de marketing (han retirado casi todos los fondos bibliográficos que solían tener). Así que ahora habrá que ir a la Librería Central del Museo Reina Sofía a comprar esas joyitas que antes encontrábamos con facilidad en el Paseo de Recoletos. Una lástima...
Los pilares de Europa: la Edad Media en el British Museum
En pocas palabras: La propuesta que se puede ver este otoño/invierno en el CaixaForum de Madrid es esta decepcionante exposición titulada "Los pilares de Europa: la Edad Media en el British Museum" que no cumple, ni por asomo, los numerosos objetivos que promete en su nota de prensa y que comentaremos. Sin duda se trata de la exposición más absurda que se haya podido ver en Madrid en los últimos años. Un auténtico sinsentido.
Organizadores: En el año 2015, la Fundación Bancaria La Caixa y el British Museum firmaron un acuerdo de colaboración. Esta es la primera exposición fruto de ese acuerdo. El acuerdo es interesante y tiene potencial. Esperemos que las próximas propuestas que surjan sean más atinadas en cuanto a la selección de las piezas, el tema de la exposición y, sobre todo, la sustancia y profundidad del estudio que se lleve a cabo.
Descripción: Voy a empezar por reproducir, literalmente, lo que oí de un caballero que, como yo, visitaba ayer la exposición y soltó un "¡Aquí no hay más que gilipolleces!" que le salió del alma y que reproduzco porque creo que resume bastante bien lo que se expone: un conjunto de tonterías varias procedentes de los fondos más subterráneos de un gran y prestigioso museo como es el British Museum.
Empezamos la muestra con una instalación videográfica que promete ser apasionante pero que se queda en una sucesión de imágenes del tipo "El legado de las universidades" seguido de fotografías de universidades como Oxford o Salamanca, que se construyeron durante la Edad Media. El resto de imágenes es igual de prosaico.
Pasamos al resto de los espacios cuyos títulos preludian el nivel infantil con el que se ha diseñado toda la exposición: la familia real; el caballero; el ocio; la moda; los romances cortesanos; la iglesia medieval, etc. (os ahorro el resto que aún me da vergüenza ajena). Daba la impresión de que la exposición estaba dirigida a un público infantil con nivel cultural de primaria pero eso no estaba indicado en ningún sitio (si ese era el objetivo de la muestra, habérnoslo dicho de antemano). A principios del recorrido, nos topamos con una pomposa instalación de un mapa histórico. Éste se contentaba con ponernos la sucesión de reinos en la Europa de la Edad Media, algo propio de los libros de la E.S.O pero que no aporta nada nuevo al público en general y mucho menos al que está de algún modo interesado en la Edad Media. Habría estado mejor que pusieran la sucesión de reinos en letras grandes para los niños y los despistados que ignoran que hubo visigodos en la Península ibérica y francos en Fancia y que hubieran añadido algunos datos más significativos para los que teníamos más de 12 años y no recordábamos esos datitos.
Y entre las piezas ¿qué había? Pues anillos papales, más anillos como el del Conde de Warwick (siglo XV), y muchas muchas matrices para sellos de reyes (Enrique VI, Ricardo III, etc.). También monedas: de Pedro el Cruel, de Carlos II, etc. Durante el muy intelectual recorrido, aprendemos cosas importantísimas como que los botones se usan a partir sel siglo XIII y la baraja francesa/inglesa desde el siglo XV, todo ello acompañado de botones y naipes medievales.
No quiero dejar de comentar que había placas informativas sobre las piezas -menos mal- pero los datos que aportaban incluían frases evasivas sobre los usos de las mismas como: "probablemente significa", "es posible que"; para concluir que no se ha estudiado más el uso de la pieza ni se ha aprovechado el motivo de la exposición para hacer este estudio interpretativo sobre su uso y significado. Por otra parte, las placas informativas no citaban la procedencia exacta de la pieza sino que contenían una simple mención del origen como "Francia" o "Inglaterra" (damos por hecho que todo procedía del British Museum, salvo cuando se indicaba el nombre de otro Museo pero es una asunción nuestra que no pudimos corroborar in situ). Otras veces, parecía que querían destacar algunas piezas aprovechando la moda de las series medievales como los Tudor con piezas como una placa diminuta con el símbolo de la rosa roja y blanca de los Tudor en el siglo XV (no había lupa para permitir apreciar el símbolo de la rosa pero supongo que hay que creerse lo que ponen en las placas informativas).
Lo mejor: Nunca pongo lo peor, pero aquí lo haré porque me divertí buscando, entre todas las piezas, qué era lo más absurdo. Y lo más ridículo diría yo que se disputa entre el silbato para halcón y la cucharilla para limpiarse los oídos. Os adjunto foto del segundo. Habría hecho más fotos de objetos absurdos, pero prefiero ahorrarle a la Fundación La Caixa el ridículo.
Por desgracia para una exposición que incluye el nombre del distinguido British Museum en su título, las mejores piezas no procedían del British Museum sino de Museos españoles, citaré por ejemplo: el políptico de Santa Clara de Asis y la figura de Cristo Juez de piedra (siglo XIII) ambas del Museo Frederic Marés de Barcelona, y el Frontal del Altar Ferrera con el tetramorfos (siglo XIII) del Museo de Arte Nacional de Cataluña. Y para que no digan que soy malvada, he elegido entre el resto de piezas -que, asumo, procedían del British Museum-, las siguientes: dípticos de marfil de Francia (siglos XIV-XV), bastón de mando de cristal de roca (siglo XV), varios grabados como el de la toma de Jerusalem (Francia, siglos XV-XVI) y el de Geoffroy de Plantagenet (siglo XIX), y baldosas con cerámica vidriada como la de Chertsey (siglo XIII-XIV) con un retrato del rey legendario de Tristán y Isolda.
Comentario:En primer lugar, la Edad Media comprende los siglos V a XV: ¿por qué haber dedicado una exposición a la Edad Media en su totalidad? Es un periodo muy amplio en el que suceden muchas cosas; teniendo en cuenta que abarca diez siglos el riesgo de dispersión está asegurado. Habría sido mucho mejor centrarse en un periodo concreto, o en un aspecto concreto elegido entre todos los que suceden en la Edad Media. Por ejemplo, una exposición sobre la Guerra de las Rosas, el período Tudor, o qué sé yo, la vestimenta medieval y sus accesorios en el siglo XV. Perdón pero ¡anda que no habría temas que sacar y piezas en el British que exponer! La muestra se queda en la superficie y más parece orientada a los niños que estudian la E.S.O que a un público mayor de 12 años. Sirva de ejemplo la información tan relevante que nos aporta un panel escogido al azar (pero vamos, son todos igual de profundos): "La familia real estaba rodeada por su séquito, la corte, que nadaba en la abundancia y vivía de forma esplendorosa" (panel informativo del espacio dedicado al Poder Real). ¡Menos mal que nos lo cuentan! Porque nadie, nadie sabe esto de la Edad Media.....
En segundo lugar, pasemos a resumir los objetivos de la exposición según su nota de prensa:
1) Abrir una ventana al mundo de la Edad Media a partir de los tesoros y la cultura material tanto de la élite dominante como otros grupos sociales: lo que vi en la exposición no se puede calificar de "tesoros" a no ser que por tesoros se entienda un silbato para halcón o una cucharilla para limpiar oídos. La mayoría de los artículos expuestos rozan lo absurdo y bien merecen que se diga de ellos lo que le oí decir a aquel caballero que los calificaba de "gilipolleces".
2) Con una innovadora escenografía, la exposición incluye más de 260 objetos extraordinarios procedentes en su inmensa mayoría de la colección del British Museum, muchos de los cuales nunca habían sido exhibidos". Veamos esta afirmación por partes:
Puntuación: Supenso y sin posibilidad de recuperación.
Datos prácticos: Mejor no ir a verla. Pero si aún así os animáis: CaixaForum de Madrid del 19 octubre 2016 al 5 febrero 2017. L-D 10h-20h. Entrada 4 Euros.
Organizadores: En el año 2015, la Fundación Bancaria La Caixa y el British Museum firmaron un acuerdo de colaboración. Esta es la primera exposición fruto de ese acuerdo. El acuerdo es interesante y tiene potencial. Esperemos que las próximas propuestas que surjan sean más atinadas en cuanto a la selección de las piezas, el tema de la exposición y, sobre todo, la sustancia y profundidad del estudio que se lleve a cabo.
Descripción: Voy a empezar por reproducir, literalmente, lo que oí de un caballero que, como yo, visitaba ayer la exposición y soltó un "¡Aquí no hay más que gilipolleces!" que le salió del alma y que reproduzco porque creo que resume bastante bien lo que se expone: un conjunto de tonterías varias procedentes de los fondos más subterráneos de un gran y prestigioso museo como es el British Museum.
Empezamos la muestra con una instalación videográfica que promete ser apasionante pero que se queda en una sucesión de imágenes del tipo "El legado de las universidades" seguido de fotografías de universidades como Oxford o Salamanca, que se construyeron durante la Edad Media. El resto de imágenes es igual de prosaico.
Pasamos al resto de los espacios cuyos títulos preludian el nivel infantil con el que se ha diseñado toda la exposición: la familia real; el caballero; el ocio; la moda; los romances cortesanos; la iglesia medieval, etc. (os ahorro el resto que aún me da vergüenza ajena). Daba la impresión de que la exposición estaba dirigida a un público infantil con nivel cultural de primaria pero eso no estaba indicado en ningún sitio (si ese era el objetivo de la muestra, habérnoslo dicho de antemano). A principios del recorrido, nos topamos con una pomposa instalación de un mapa histórico. Éste se contentaba con ponernos la sucesión de reinos en la Europa de la Edad Media, algo propio de los libros de la E.S.O pero que no aporta nada nuevo al público en general y mucho menos al que está de algún modo interesado en la Edad Media. Habría estado mejor que pusieran la sucesión de reinos en letras grandes para los niños y los despistados que ignoran que hubo visigodos en la Península ibérica y francos en Fancia y que hubieran añadido algunos datos más significativos para los que teníamos más de 12 años y no recordábamos esos datitos.
Y entre las piezas ¿qué había? Pues anillos papales, más anillos como el del Conde de Warwick (siglo XV), y muchas muchas matrices para sellos de reyes (Enrique VI, Ricardo III, etc.). También monedas: de Pedro el Cruel, de Carlos II, etc. Durante el muy intelectual recorrido, aprendemos cosas importantísimas como que los botones se usan a partir sel siglo XIII y la baraja francesa/inglesa desde el siglo XV, todo ello acompañado de botones y naipes medievales.
No quiero dejar de comentar que había placas informativas sobre las piezas -menos mal- pero los datos que aportaban incluían frases evasivas sobre los usos de las mismas como: "probablemente significa", "es posible que"; para concluir que no se ha estudiado más el uso de la pieza ni se ha aprovechado el motivo de la exposición para hacer este estudio interpretativo sobre su uso y significado. Por otra parte, las placas informativas no citaban la procedencia exacta de la pieza sino que contenían una simple mención del origen como "Francia" o "Inglaterra" (damos por hecho que todo procedía del British Museum, salvo cuando se indicaba el nombre de otro Museo pero es una asunción nuestra que no pudimos corroborar in situ). Otras veces, parecía que querían destacar algunas piezas aprovechando la moda de las series medievales como los Tudor con piezas como una placa diminuta con el símbolo de la rosa roja y blanca de los Tudor en el siglo XV (no había lupa para permitir apreciar el símbolo de la rosa pero supongo que hay que creerse lo que ponen en las placas informativas).
Lo mejor: Nunca pongo lo peor, pero aquí lo haré porque me divertí buscando, entre todas las piezas, qué era lo más absurdo. Y lo más ridículo diría yo que se disputa entre el silbato para halcón y la cucharilla para limpiarse los oídos. Os adjunto foto del segundo. Habría hecho más fotos de objetos absurdos, pero prefiero ahorrarle a la Fundación La Caixa el ridículo.
Cucharilla para limpiarse los oídos |
Frontal del Altar Ferrera con tetramorfos |
Por desgracia para una exposición que incluye el nombre del distinguido British Museum en su título, las mejores piezas no procedían del British Museum sino de Museos españoles, citaré por ejemplo: el políptico de Santa Clara de Asis y la figura de Cristo Juez de piedra (siglo XIII) ambas del Museo Frederic Marés de Barcelona, y el Frontal del Altar Ferrera con el tetramorfos (siglo XIII) del Museo de Arte Nacional de Cataluña. Y para que no digan que soy malvada, he elegido entre el resto de piezas -que, asumo, procedían del British Museum-, las siguientes: dípticos de marfil de Francia (siglos XIV-XV), bastón de mando de cristal de roca (siglo XV), varios grabados como el de la toma de Jerusalem (Francia, siglos XV-XVI) y el de Geoffroy de Plantagenet (siglo XIX), y baldosas con cerámica vidriada como la de Chertsey (siglo XIII-XIV) con un retrato del rey legendario de Tristán y Isolda.
Comentario:En primer lugar, la Edad Media comprende los siglos V a XV: ¿por qué haber dedicado una exposición a la Edad Media en su totalidad? Es un periodo muy amplio en el que suceden muchas cosas; teniendo en cuenta que abarca diez siglos el riesgo de dispersión está asegurado. Habría sido mucho mejor centrarse en un periodo concreto, o en un aspecto concreto elegido entre todos los que suceden en la Edad Media. Por ejemplo, una exposición sobre la Guerra de las Rosas, el período Tudor, o qué sé yo, la vestimenta medieval y sus accesorios en el siglo XV. Perdón pero ¡anda que no habría temas que sacar y piezas en el British que exponer! La muestra se queda en la superficie y más parece orientada a los niños que estudian la E.S.O que a un público mayor de 12 años. Sirva de ejemplo la información tan relevante que nos aporta un panel escogido al azar (pero vamos, son todos igual de profundos): "La familia real estaba rodeada por su séquito, la corte, que nadaba en la abundancia y vivía de forma esplendorosa" (panel informativo del espacio dedicado al Poder Real). ¡Menos mal que nos lo cuentan! Porque nadie, nadie sabe esto de la Edad Media.....
En segundo lugar, pasemos a resumir los objetivos de la exposición según su nota de prensa:
1) Abrir una ventana al mundo de la Edad Media a partir de los tesoros y la cultura material tanto de la élite dominante como otros grupos sociales: lo que vi en la exposición no se puede calificar de "tesoros" a no ser que por tesoros se entienda un silbato para halcón o una cucharilla para limpiar oídos. La mayoría de los artículos expuestos rozan lo absurdo y bien merecen que se diga de ellos lo que le oí decir a aquel caballero que los calificaba de "gilipolleces".
2) Con una innovadora escenografía, la exposición incluye más de 260 objetos extraordinarios procedentes en su inmensa mayoría de la colección del British Museum, muchos de los cuales nunca habían sido exhibidos". Veamos esta afirmación por partes:
- ¿Escenografía innovadora un conjunto de videos con imágenes que desfilan; un video con un retrato de Ricardo III y la leyenda debajo que pone Ricardo III es innovador? ¿un mapa histórico es innovador?
- ¿Objetos extraordinarios? Claaaro, deben hablar de los numerosísimos sellos de reyes que, entre otras cosas, apenas se podían ver porque ni se han molestado en aumentarlos con lupas.
- Muchos de los cuales nunca habían sido exhibidos: no me extraña...los británicos tienen sentido de la vergüenza.
4) Estos tesoros ayudarán a ilustrar acontecimientos cruciales, destacar figuras famosas y dar a conocer a los visitantes distintos aspectos del mundo medieval, tales como la vida en la corte, la guerra y la conquista, y también la devoción personal. Pues sí, la exposición ayudará a ilustrar que en la Edad Media había caballeros que usaban espadas y cascos porque eso nadie lo sabe, salvo los niños que aún no tengan 10 años y que no hayan visto nunca dibujitos de caballeros. También ayudará a ilustrar que los caballos llevaban espuelas, que en la corte había un rey con su séquito y que la iglesia estaba muy presente en la vida de la edad media porque en las iglesias había relicarios y la gente rica tenía dípticos de marfil en sus casas para rezar. Porque todo esto nadie lo sabe...
Puntuación: Supenso y sin posibilidad de recuperación.
Datos prácticos: Mejor no ir a verla. Pero si aún así os animáis: CaixaForum de Madrid del 19 octubre 2016 al 5 febrero 2017. L-D 10h-20h. Entrada 4 Euros.
viernes, 14 de octubre de 2016
Próximas citas - un octubre 2016 que promete
Este otoño 2016 estará cargado de citas estupendas para amantes del arte:
- La próxima semana está cargada de inauguraciones de exposiciones. Renoir en el Thyssen a partir del 18 de octubre; una muestra del British Museum viaja hasta el CaixaForum de Madrid a partir del 19 de octubre y terminaremos la semana con la inauguración el viernes 21 de octubre de una exposición dedicada al Fauvismo en la Fundación Mapfre de Madrid.
- La semana siguiente se inaugura la exposición de Clara Peeters en el Museo del Prado (martes 25 octubre).
- Tendremos que esperar hasta el 29 de noviembre para ver las joyas de Bulgari seleccionadas por el Thyssen, que para el verano 2017 nos ha prometido ver arte veneciano y obras de Delaunay.
Lusitania: el origen de los pueblos
Mosaico de las Musas |
Organizadores:Ministerio de Educación, Museo Arqueológico Nacional, Junta de Extremadura, Museo Nacional de Arte omano, Museo Nacional de Arqueología de Portugal, República Portuguesa (Dirección del Patrimonio Cultural) y Acción Cultural Española. Comisarios: José María Alvarez Martínez, Antonio Carvalho, Carlos Fabiao y Trinidad Nogales.
Descripción: La planta baja del MAN (lugar habitual para las exposiciones temporales) alberga una muestra arqueológica de la provincia romana de la Lusitania que abarca, como es bien sabido, la parte oeste de la península ibérica incluyendo los territorios de lo que hoy sería Extremadura y parte de Portugal (y para los puristas, también partes de Salamanca etc). El recorrido se presenta en diversos espacios delimitados por paneles con números que ayudan a no perderse. Comenzamos con la Lusitania prerromana, un acierto para situar al visitante. De este primer espacio destaca la escultura de un guerrero y un ejemplar impreso de la escultura policromada. Seguimos con los primeros contactos con Roma (espacio II) donde observamos un verraco de la provincia de Cáceres (c. s. VII a.C.). Continuamos el recorrido con la creación de la provincia romana de la Lusitania (espacio III). El espacio IV presenta gran interés por incluir una maqueta de la ciudad de Mérida, Emérita Augusta, capital de la provincia lusitana. Pasamos entonces a una sucesión de espacios que incluyen piezas representativas de la vida en Lusitania: vivir en sociedad (incluye algunas tablillas con supuestos de Derecho Romano), la economía y formas de producción (con presentación de diversos elementos realizados en vidrio y ánforas), la vida rural y finalmente, quizá lo más interesante, las manifestaciones religiosas. El recorrido termina con un espacio que alude a la lenta transofmración en el Bajo Imperio romano.
Estela de la luna |
Lápida funeraria con epigrafía hebrea |
Lápida funeraria con epigrafía cristiana |
Lo mejor: El mosaico de las musas (siglo IV d.C) procedente de una villa romana de Portalegre (Lisboa).
Comentario: Decía que lo más interesante del recorrido era quizás la zona VIII destinada a las manifestaciones religiosas porque se exponen diversas lápidas funerarias que permiten apreciar los orígenes del cristianismo y contrastar las diversas inscripciones de elementos cristianos, judíos y paganos en el siglo I d.C. Así, se expone el Sarcófago de las estaciones datado en el siglo III d.C. procedente del Museo Nacional de Porto (carácter pagano) junto con lápidas con elemenos judíos (la del dirigente de una sinagoga datada en el siglo IV d.C.) y cristianas (con uno de los ejemplos más primitivos de epigrafía cristiana) y todo ello con otras piezas como la estela de la Luna cuyas inscripciones podrían dar lugar a interpretaciones tanto cristianas, como paganas o heréticas. Para mi, este sea quizás uno de los logros de esta exposición y es que creo que según la mirada que la vea, se pueden hacer diversas lecturas. Para la persona interesada en los trazados de las ciudades romanas, esta exposición tiene interés dado que parte de ella se centra efectivamente en la urbanización de una provincia romana (se muestra el trazado de Mérida y también se exponen elementos de su ingenería). Si se quiere visitar para tener una idea general de la vida en una provincia romana, también permite esta lectura la exposición. Pero si lo que se quiere es hacer una lectura sobre la mezcla en provincias de elementos de la vida religiosa, pues también permite esta lectura el recorrido. Cuando un recorrido de exposición permite hacer varias lecturas es que tiene sustancia, que el recorrido si bien no es exhaustivo, permite que cada uno se la apropie como desee, que uno la mire dependiendo de su mirada. Quizás esto también implique que a la exposición le faltaba un punto de vista definido, y quizás sea cierto, pero la posibilidad de encontrar en la muestra, si bien pequeña, sabrosa, las respuestas a las preguntas que cada cual se plantee sin duda hace que merezca la pena hacer la visita.
Puntuación: Notable.
Datos prácticos:Entrada Gratuita. "Lusitania: el origen de los pueblos". Entrada gratuita. Museo Arqueológico Nacional. del 1 de julio al 16 de octubre 2016. M-S 9:30-20:00 y D-F 9:30-15:00.
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