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viernes, 22 de julio de 2016

Caillebotte: pintor y jardinero

Remero con sombrero de copa
Calle de París, tiempo lluvioso
En pocas palabras: Una exposición  ideal para ver en época estival, fresca, impresionista, y muy recomendable. La única interesante de verdad que hay actualmente en el Museo Thyssen a pesar de la pomposa publicidad que ha recibido la otra exposición sobre "Caravaggio" (ver el comentario sobre esta exposición para más información).
Organizadores: Museo de los Impresionistas de Giverny en colaboración con el Museo Thyssen. Comisaria de la exposición Marina Ferretti; Comisaria técnica del Thyssen Paula Luengo.
Descripción: Para situarnos: Caillebotte es un pintor impresionista de la segunda mitad del siglo XIX  conocido en la historia del arte por ser el organizador de los salones impresionistas, llegando a exponer sus propias obras en ellos. La exposición presenta una selección de sus obras más emblemáticas en un recorrido de cuatro salas. Comenzamos en la parte exterior con una reproducción en 3D muy lograda de su propiedad de Gennevilliers y un panel que recoge su biografía. Una vez dentro, la primera sala titulada "El París de Haussmann, un universo mineral" nos adentra en las obras del artista que representan espacios urbanos (de hecho, la exposición propone un recorrido temático por la obra del pintor: de la ciudad al campo). Destacan numerosas obras en esta sala, entre ellas: "Autorretrato con caballete" con, de fondo, una representación de la obra "Moulin de la Gallette"; "Calle de Paris, tiempo lluvioso" y varios bocetos y estudios para "Los acuchilladores" (si bien esta obra no se expone). En esta sala, hay dos obras realmente interesantes: "Balcón del Boulevard de Haussmann" (con una esquema compositivo en diagonal y una utilización de la luz en los árboles de pincelada gruesa muy impresionista que hace contrapunto de la fachada gris del edificio realizada con una larga sucesión de pinceladas violetas), y "Boulevard de Haussmann visto desde arriba" con una perspectiva poco usual y muy divertida que aplasta a los paseantes a modo de escorzo.
Balcón del Boulevard de Haussmann
El Sena y puente de ferrocarril de Argenteuil
La siguiente sala se titula "Vacaciones en Yerres" donde se enfrentan dos obras muy interesantes: "Remero con sombrero de copa" y "Piraguas en el río Yerres". El remo era una actividad lúdica de la burguesía en esa época y el tratamiento del agua y los reflejos de luz están muy logrados en ambas pinturas. La disposición de estas dos obras, una frente a la otra, dominan la sala y resulta muy acertada. La rodean diversos cuadros en los que el artista representa la pradera de Yerres (paleta de tonos verdes), la misma pradera a la hora de la puesta de sol (paleta que mezcla marrones y verdes) así como el jardín y el huerto de Yerres (con una atmósfera matinal y un orden simétrico en la representación de la naturaleza). Pasamos a la sala "El Sena y los viajes a Normandía" donde nos encontramos con un cuadro muy interesante titulado "El Sena y puente de ferrocarril de Argenteuil". Recordemos que Argenteuil, lugar predilecto de Monet, ha inspirado a muchos pintores impresionistas. Aquí, Caillebotte escoge representar el macizo puente de acero que contrasta con un tren a lo lejos cuyo vapor se ha realizado con rápicas pinceladas que aligeran la composición. Terminamos el recorrido con la sala "El jardín de Petit Gennevilliers". En esta sala nos encontramos con diversas obras pintadas por el artista para decorar su propiedad de Gennevilliers, que adquiere tras casarse su hermano. Destacan cuatro paneles muy bellos titulados "Parterre de margaritas" que Caillebotte realizó para decorar el comedor de la propiedad. Dos de ellos están inacabados debido a la muerte sobrevenida del artista. Pero no son los únicos cuadros que representan flores: hay en esta última sala pinturas de dalias, orquídeas, gladiolos, capuchinas, girasoles, rosas; todas con una rica paleta de colores. Destaca también un cuadro titulado "Ropa blanca secándose" que recuerda los cuadros de ropa tendida de Berthe Morisot.

Parterre de margaritas
Lo mejor: El "Parterre de margaritas". 
Entrada a la exposición
Comentario: Desafortunadamente, el Museo Thyssen desde hace algún tiempo ha optado por no incluir en sus exposiciones temporales ningún tipo de información en los paneles de las obras expuestas (salvo título, fecha y procedencia ), así que resulta imprescindible pagar 4 euros para adquirir la audio-guía (4 euros por exposición). Esta es la principal crítica porque, de no adquirir la audio-guía, no se entiende realmente lo que se está viendo. Esto es aún más relevante en exposiciones como éstas, debido a la poca información que se tiene sobre el artista, poco conocido para el gran público. En cualquier caso, con o sin audio-guía, la exposición es todo un acierto por varios motivos. El primero de ellos es la coherencia de la muestra: las obras expuestas son todas de Caillebotte y aportan una buena visión del conjunto de su obra. El segundo es la calidad de las obras seleccionadas: casi todas procedentes de colección privada, y con interesantes juegos de perspectivas y composiciones arriesgadas. El tercero es que Caillebotte es un pintor impresionista, y la paleta impresionista, con esa mezcla de luz y tonos pasteles, siempre reconforta. Una cosa importante he de decir sobre la calidad de la audio-guía: la dicción en castellano es en general muy buena, pero para esta exposición sobre un pintor francés es de lamentar que la pronunciación de las palabras en francés no sea la correcta lo que desluce un poco la grabación.
Puntuación: Sobresaliente.

Entrada a la exposición
Datos prácticos: "Caillebotte: pintor y jardinero", del 19 de julio al 30 de octubre 2016. Museo Thyssen. Entrada 12 euros. Audio-guía (imprescindible para enterarse de lo que se está viendo): 4 euros (por exposición). M-S 10h-20h. D 10-19h.

jueves, 21 de julio de 2016

Impresionistas y Modernos: obras maestras de la Philips Collection

Dora Maar con sombrero verde
En pocas palabras: Una excelente exposición que reúne sesenta obras de la colección de Duncan y Marjorie Philips procedente de Washington. Se trata de pequeñas obras maestras que datan casi todas de finales del siglo XIX a principios del siglo XX, de ahí que se haya comisariado con el pomposo título de "impresionistas y modernos".
Organizadores: La conservadora de la Phillips Collection y comisaria de la exposicion, Susan Behrends Frank
Descripción: El recorrido está dividido en seis áreas bien definidas con paneles que incluyen explicaciones didácticas sobre cada período de la historia del arte, principalmente orientados a un público neófito en la materia, y ordenados cronológicamente por "estilos".Comenzamos con "Clasicismo, romanticismo y realismo" donde compiten nada menos que Ingres (con una bañista pequeña pero sublime), Manet (con un ballet español hecha de pinceladas sueltas que da la sensación de que el cuadro está inacabado)  y Fantin Latour con un bodegón de melocotones. Pero la estrella de este primer ámbito es sin duda "El levantamiento" de Daumier. Continuamos con el espacio titulado "Impresionismo y postimpresionismo" donde, perdido entre obras de Degas, Monet y Cézanne, podemos apreciar a Morisot con sus "Dos muchachas". El tercer espacio se titula "París y el cubismo" y huelga decir, porque no podía faltar, que aquí encontramos a Picasso. Pero también hay obras de Modigliani, de Braque, de Dufy... Seguimos con "Intimismo y arte moderno" donde se exponen obras de Bonnard y Matisse. En "Naturaleza y expresionismo" nos encontramos con Kandinsky, Kokoschka y Soutine. "Expresionismo abstracto" nos enseña cuadros de Gottlieb, Guston, Pollock...
Lo mejor: Son muchas las obras que merece la pena apreciar en esta muestra. Personalmente, he elegido tres: "La habitación azul" y "El retrato de Dora Maar con sombrero verde" de Picasso y  "El levantamiento" de Daumier, que simboliza la lucha de los movimientos sociales en 1848.
La habitación azul

Comentario: La denominada Philips Collection celebra su 95º aniversario, y esta es la razón fundamental que ha impulsado la exposición además de la importancia que tiene de por sí al considerarse primer museo de arte moderno de los Estados Unidos (se abrió al público en 1921). La exposición brinda una muy buena ocasión de apreciar arte contemporáneo de los siglos XIX y XX y compender la evolución que hubo entre sus diferentes "estilos". Las obras están dispuestas siguiendo una evolución estilística, respetando el discurso oficial de la historia del arte así que su visita resulta especialmente ilustrativa para estudiantes. Aunque es entretenida para todos los públicos. Como se ha podido leer en la descripción, los artistas representados en la exposición son casi todos muy conocidos y han marcado de un modo u otro la historia del arte. Esta exposición es la ocasión perfecta para apreciar obras menos conocidas de esos grandes maestros.
Puntuación: Matrícula de honor.
Datos prácticos: "Impresionistas y Modernos, obras maestras de la Philips Collection", entrada 4 euros (gratuita para clientes de La Caixa). Del 14 de julio al 23 de octubre de 2016, de L-D de 10h a 20h. Mencionar que para los afortunados que disponen de tiempo libre, habrá un interesante ciclo de conferencias sobre las obras de la colección impartidas por la gran (la admiración me pierde) Estrella de Diego (escritora y catedrática de la Universidad Complutense de Madrid) que tendrá lugar en septiembre y octubre 2016 (martes y jueves a las 19h30). Tomarán como punto de partida Ingres, Manet y Fantin-Latour pero también y como es habitual para esta especialista en estudios de género las mujeres artistas cuyas obras están presentes en la exposición: O'Keeffe y Berthe Morisot.

Real Fábrica de Tapices

Los telares originales del siglo XVIII

La entrada a la Real Fábrica

BONUS: REAL FÁBRICA DE TAPICES
En pocas palabras: Si bien el objetivo de este blog consiste en realizar comentarios de exposiciones que tienen lugar en Madrid, en este caso voy a hacer una excepción para hablaros de una visita que me ha impresionado. Se trata de la visita al museo vivo de la Real Fábrica de Tapices (calle Fuenterrabía 2, cerca de la estación de Atocha). Es una joya de la ciudad poco conocida y muy interesante.
Descripción: Las visitas son guiadas, duran 45 minutos y cuestan 4 euros. El propósito de la visita es enseñar a los visitantes parte de los fondos que conserva la Real Fábrica pero, sobre todo, y de ahí que se denomine "museo vivo", mostrar en qué consiste la actividad actual del museo. En este sentido, la visita está muy bien estructurada pues permite distinguir con explicaciones y viendo el trabajo de los artesanos la diferencia entre el trabajo realizado en tapices (creación), alfombras (restauración) y reposteros (creación de piezas heráldicas, banderas, etc.).

La visita comienza en una galería en la que se expone parte de los fondos de la Real Fábrica. Así, de las paredes cuelgan tapices datados del siglo XVIII y XIX, y dos fabulosos cartones para tapices realizados en acuarela sobre papel pintados por Goya. Además, en unas vitrinas se aprecian textos antiguos relacionados con los pedidos realizados en el siglo XVIII para la Real Fábrica y diversas piezas que forman parte de su Archivo Histórico. Una vez que la guía nos explica un poco la historia de la Real Fábrica, pasamos a una gran sala diáfana: la de los tapices. Esta sala es sin duda la estrella de la visita: se trata de un taller con inmensos telares de lizo. La madera de los telares es original y data del siglo XVIII. En ellos, los y las artistas trabajan realizando tapices con una facilidad que deja con cara de asombro a los visitantes que nos colamos en su cotidianidad llenos de curiosidad. Los tejedores tienen unos cartones que les sirven de guía en función de los encargos que reciben. Se les puede observar mientras introducen tramas entre las urdimbres gracias a unas canillas. En estas canillas, cuelgan diversos hilos de lana de varios colores y son ellos quienes eligen los colores de las lanas que más se adaptan a lo que están haciendo; de ahí que se les pueda denominar verdaderos artistas, puesto que ellos eligen las tonalidades del color que más se ajustan a la visión del conjunto. El recorrido continúa en otra sala diáfana dedicada al trabajo de las alfombras.  Además de crear alfombras originales en nudo turco, en esta sala se restauran alfombras antiguas recorteando (que es el término para describir la acción de recortar dibujando). En esta misma sala, hacia el final, se aprecia el trabajo de los reposteros que realizan banderas institucionales con signos heráldicos o escudos realizando un trabajo de collage de tejidos como la seda o el terciopelo. En la parte superior de esta sala, se aprecia un inmenso depósito de lanas. Según nos comenta la guía, todos los colores son originales creados por y para la Real Fábrica de Tapices. Esto significa que la Real Fábrica dispone de un laboratorio propio que realiza los pigmentos y las mezclas de colores de forma que sean exclusivos para la Fábrica. En un segundo lugar, estos colores son enviados a Toledo, de donde proceden las lanas, para que allí sean teñidas. Las lanas son todas procedentes de Toledo, por tanto la producción es 100% española. Una vez teñidas, los ovillos llegan a la Real Fábrica y son almacenados en esa gigantesca buhardilla que sirve de depósito de lanas y abastece exclusivamente a la Real Fábrica.
Lo mejor: Ver el trabajo de los tejedores en los telares de madera originales del siglo XVIII.

El trabajo de una tejedora con las canillas

Comentario:Resulta increíble que Madrid cuente con una joya semejante y esté tan poco explotada o sea tan poco conocida. Mientras duraba la visita, no dejaba de preguntarme cómo es posible que no sea más conocido del gran público un lugar así, tan interesante y sobrecogedor. Se trata de un lugar al que podría sacársele muchísimo más partido pues la visita es muy entretenida. En mi modesta opinión, esta visita debería ser de carácter obligado para cualquiera que visitara la ciudad, ya sea nacional o extranjero, por su valor artístico y cultural, y también por el carácter de entretenimiento que supone. Quizás el único aspecto mejorable sea que si bien la Real Fábrica cuenta con un gran Archivo Histórico y piezas únicas en sus fondos, éstos no se expongan más al público. Es decir, la visita está muy centrada en el aspecto de "museo vivo" y eso está genial, pero me habría gustado ver también más fondo histórico (más tapices, de esos que deben guardar en sus sótanos, y más archivos). Si además de ver el museo vivo, pudiéramos disfrutar de los fondos de la Fábrica, la visita tendría mucho más interés para amantes de la historia del arte. Por otra parte, la guía nos explicó durante la visita que hace unos años, la Fábrica contaba con un taller - escuela que formaba estudiantes que luego pasaban a formar parte de la plantilla de tejedores. El problema, nos dijo, es que por falta de presupuesto este taller se tuvo que cerra. Resulta increíble el poco personal del que disponen para la gran cantidad de encargos que reciben. Sin duda, se debería dotar de más presupuesto para salvar este lugar que tiene un gran interés histórico y cultural para el patrimonio de España. Y nosotros podemos contribuir a ello con un simple gesto: ir a visitarla.

Puntuación: Sobresaliente.
Datos prácticos: Real Fábrica de Tapices, calle Fuentarrabía 2, Madrid. Visitas únicamente guiadas: a las 10h y a las 13h. Son simultáneas en inglés y castellano si hay publico extranjero en el grupo. Duración de la visita 45 minutos. Entrada 4 euros (no hay descuentos). Tienen un catálogo estupendo que se puede adquirir por unos 35 euros y cuenta la historia de la Real Fábrica.

sábado, 9 de julio de 2016

Caravaggio y los pintores del norte

Los músicos, Caravaggio
En pocas palabras: La apuesta del Thyssen para el verano es una exposición titulada "Caravaggio y los pintores del norte". 53 cuadros de los cuales hay 12 "caravaggios". La exposición pone de manifiesto la estela de Caravaggio en los llamados caravaggistas de la escuela de Utrecht y otros pintores del norte de Europa. Hay obras expuestas de caravaggistas célebres como Adam Elsheimer, Hendrick ter Brugghen, Dirck van Baburen... El problema es que hay que pagar los 12 euros que cuesta ahora la entrada más los 4 euros que cuesta la audio-guía sin la cual uno no se puede enterar de nada ya que desde hace un tiempo el Museo Thyssen no incluye ningún tipo de panel explicativo al lado de las obras expuestas. 
Entrada a la exposición
Organizadores: Comisario Gert Jan van der Sman (profesor de la Universidad de Leiden y miembro del Istituto Universitario Olandese di Storia dell’Arte en Florencia)
Descripción: Empezamos con "Caravaggio en Roma" con algunas obras de Caravaggio pintadas durante su etapa en Roma. No entendí muy bien qué hacía en esa primera sala toooda la biografía del artista en unos paneles si la exposición no iba sobre él sino sobre la relación de él con pintores del norte. Entre las obras de Caravaggio se exponían, por ejemplo: "Muchacho mordido por un lagarto" (en la que destaca el erotismo del personaje principal), "Muchacho pelando fruta", "La buenaventura", "Los músicos" (donde destaca la autenticidad de las notas que aparecen en la partitura del cuadro), "El martirio de Santa Catalina de Alejandría" (un cuadro realmente bello, que refleja la maestría del artista en el uso de la luz; pero que pertenece a la colección permanente del Museo y por el que, por tanto, no merece la pena pagar si ya se conoce el museo), "El sacrificio de Isaac" y "San Fancisco en meditación".
Seguimos el recorrido con una sala titulada "Los primeros admiradores: Adam Elsheimer y Peter Paul Rubens". En ella lo más destacable es la presencia de un pequeño cuadro realizado por Rubens titulado "La adoración de los pastores" que procede del Museo del Ermitage de San Petersburgo. En esta sala se descubren otras de Nicolas Régnier, con un interesante autorretrato ante el caballete.
En la sala siguiente, "Artistas y amantes del arte: quadri da stanza y quadri d'altare", aparecen obras de von Honthorst (pero también hay obras de este pintor en la sala siguiente). Entre ellas, dos interesantes piezas a comparar (si bien se han dispuesto en dos salas diferentes, lo que dificulta la comparación): "Alegre compañía" y "Alegre compañía con tañedor de laúd", obras con una paleta intesa y la yuxtaposición de dos focos de luz. No entendí muy bien qué hacía en esta tercera sala un sarcófago del primer cristianismo procedente del Museo Arqueológico Nacional. También hay obras de van Baburen (la más impresionante procede de la Embajada de España en Italia: el "Entierro de Cristo", cuya organización de figuras y dramatismo están inspirados por la obra del mismo nombre de Caravaggio expuesta en los Museos Vaticanos pero que no está en la exposición).
En la siguiente sala, "Hendrick ter Brugghen y la escuela de Utrecht", se expone un anónimo procedente de la colección permanente del Thyssen titulado "San Sebastián atendido por Santa Irene". Dos cuadros destacan en esta sala por la mezcla de notas frías y cálidas, el uso de una paleta brillante y un esquema compositivo similar al de Caravaggio: "La cena de Emaús" y "La vocación de San Mateo". En la audio-guía precisan que "los pliegues de la camisa del personaje principal de Brugghen tienen un toque caravaggesco". 
La siguiente sala, "Pintores franceses en Roma", sigue en la misma línea que las anteriores, con obras de Valentin de Boulogne, Claude Vignon (destaca su "San Pablo" procedente de Turín) y Nicolas Tournier (con un cuadro interesante titulado "Jugadores de dados" en el que la mesa de juego es un sarcófago clásico; lo que cobra mucho significado si sabemos que el pintor era un protestante viviendo en Roma en pleno siglo XVII).
La sala siguiente se titula "Nápoles y el sur de Italia: el último Caravaggio y sus seguidores". Aquí había obras con fuertes claroscuros como la de Matthias Stom ("Flagelación de Cristo") y otras obras no muy acertadas por su inquietante fealdad de Louis Finson ("Los cuatro elementos" y "Magdalena en éxtasis"). El final de la exposición era el cuadro "Martirio de Santa Úrsula" de Caravaggio.
Comentario: Sabemos que muy pocos de los caravaggistas del norte de Europa conocieron a Caravaggio personalmente, lo que sí sabemos es que conocieron su obra en sus viajes a Italia y llevaron esas influencias al norte de Europa donde se desarrolló la pintura de los caravaggistas de Utrecht. En la exposición se puede apreciar esta influencia de Caravaggio en los pintores del norte pero también en los de Francia y de Italia (Benedetto, Giustiniani). Lo que sí habría hecho falta eran paneles explicativos que detallaran esas influencias.    
Lo mejor:"Los 12 caravaggios".
Puntuación: Notable.
Datos prácticos: Del 21 de junio al 18 de septiembre. "Caravaggio y los pintores del norte". Museo Thyssen. 12 euros la entrada (han cambiado los criterios y ahora es una entrada más cara, conjunta, para poder acceder tanto a la exposición como al resto del museo, igual que hacen en el Museo del Prado). Además, debo indicar el precio de la audio-guía sin la cual el visitante no se enterará de nada: 4 euros por exposición. Horario de M-D 10h-19h.